Amar en silencio...
Amar en silencio es más cruel que cuando los delicados pétalos
de una rosa se marchitan, es alcanzar las estrellas no con
las manos sino con el pensamiento, es tan difícil
como decir un te amo y que las palabras se las lleve el viento
con sus húmedas manos de cristal,
es como cuando se mira a los ojos y se quiere decir
lo que se siente, pero el muro del silencio se interpone
entre las nubes de un sentimiento que busca la forma
de encontrar una razón para seguir viviendo.
Es el amar sin encontrar el cálido premio de los besos y
las caricias, es llevar el recuerdo de su rostro en la mente
pensando que está presente, sin saber que la distancia de los cuerpos
termina por ahogar un corazón que únicamente buscaría
el calor de sus brazos y el sabor de sus labios.
Así es como cuando se ama en silencio, porque lo prohibido
es lo más querido y aunque nunca las palabras logren salir
más allá del alma, siempre se sentirá el vacío sabor
de la indecisión y la esperanza, siempre estará grabado
en la mente las inmensas ganas de poseer su corazón.
Es como cuando las delicadas palabras del pensamiento luchan
por no morir con síntomas de un amor enloquecido
que no sólo sale del corazón sino de todo el cuerpo, es como cuando
las aves vuelan por el aire buscando algo para sus nidos,
así es el melancólica mujer que ama en silencio
buscando la libertad para su alma, buscando una ilusión
para su herida que deja el tiempo con la soledad infinita
y que poco a poco ahonda más la llaga del sufrimiento.
Así es como quien ama en silencio que el sólo roce
de sus manos es conseguir la gloria, que la mirada fugaz
consuela las inmensas ganas de sentirle cerca
del cuerpo, que una sola palabra de sus ardientes
labios choquen con el sonido del viento que trae su voz,
es sólo el palpitar del corazón enfurecido
por no tener la esperanza de compartir
sus sentimientos totalmente
y de mi sentimiento que lucha por conseguir
su mirada y su sonrisa, el valor de enfrentar un amor
tan silencioso como la noche fría y oscura, el temor de
ya nunca se tendrá al menos en el pensamiento;
el miedo de encontrarle de frente y decirle
en sus oídos palabras tan bellas que inspiran el corazón
y el sentimiento.
El miedo de decirle un te amo,
un te quiero.
Así es cuando se ama en silencio
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