EL NOVIAZGO VI (“La Mojiganga”)
Todo cuanto se ha narrado anteriormente corresponde a una boda normal; es decir cuando un mozo se casaba con una moza. Pero no ocurría así cuando se casaban un viudo con una moza, un mozo con una viuda o que concurriera la circunstancia de que ambos fueran viudos. En estos casos la boda se convertía más bien en un mal trago que los nuevos esposos estaban deseando que pasara cuanto antes. Y no era para menos.
Lo primero que tenían que hacer era ocultar, todo lo que pudieran, la fecha y la hora en que iban a acudir a la iglesia para contraer Matrimonio (Algunas veces y si la familia era pudiente, el cura se desplazaba a la casa para casarlos). Normalmente, como ocurría cuando la novia estaba embarazada, se hacía en horas intempestivas, como era la noche. Pero, como en los pueblos todo se sabe, al final los mozos se enteraban y se preparaban para darles LA MOJIGANGA. Al salir del templo acompañados de los más íntimos eran sorprendidos por una gran cantidad de jóvenes, y no tan jóvenes, que hacían todo el ruido que podían, ocultos en las bocacalles y callejas por donde pasaban, con ristras de “ calambucos,” panderetas, golpeando bidones de latón, tambores, estrofillas sacadas para la ocasión, silbidos y voces. Este ruidoso cortejo acompañaba a los recién casados hasta su casa. Esto, al fin y al cabo, podía tomarse por una anécdota graciosa si la MOJIGANGA terminara aquí pero lo malo estaba por venir. Una vez que estaban dentro con sus parientes “celebrando “ con una frugal cena el enlace, los mozos seguían en la puerta dándoles esta singular serenata y así casi toda la noche. Naturalmente, como los que estaban en el interior sabían a qué se exponían, aguantaban lo que podían pero muchas veces se perdían los nervios llegándose a situaciones poco deseables aunque, al final, no pasaba nada. He de decir que LA MOJIGANGA solo se hacía aquella noche dejándoles tranquilos, como no podía ser menos, en adelante.
Una de las más sonadas del pueblo fue la dieron al tío “Pulío” que se trajo una mujer de la provincia de Cáceres, de apodo “ la tía Berejena”, y los mozos le cantaban “- ¡Ay Pulío, Ay Pulío. En qué lìo “teah” metío ¡” Y la última gran MOJIGANGA que recuerdo se la dieron, en Orellanita que tenían la misma costumbre que en nuestro pueblo, a José “Chicharrata” viudo, que casó con Flora una mujer moza del pueblo vecino. Iba uno dando golpes a un bidón y los otros le preguntaban “ ¿Ónde vas con esa lata?” y él respondía:” ¡A la “boa” de “Chicharrata ¡” y seguía dando unos golpes monumentales al latón
Todo cuanto se ha narrado anteriormente corresponde a una boda normal; es decir cuando un mozo se casaba con una moza. Pero no ocurría así cuando se casaban un viudo con una moza, un mozo con una viuda o que concurriera la circunstancia de que ambos fueran viudos. En estos casos la boda se convertía más bien en un mal trago que los nuevos esposos estaban deseando que pasara cuanto antes. Y no era para menos.
Lo primero que tenían que hacer era ocultar, todo lo que pudieran, la fecha y la hora en que iban a acudir a la iglesia para contraer Matrimonio (Algunas veces y si la familia era pudiente, el cura se desplazaba a la casa para casarlos). Normalmente, como ocurría cuando la novia estaba embarazada, se hacía en horas intempestivas, como era la noche. Pero, como en los pueblos todo se sabe, al final los mozos se enteraban y se preparaban para darles LA MOJIGANGA. Al salir del templo acompañados de los más íntimos eran sorprendidos por una gran cantidad de jóvenes, y no tan jóvenes, que hacían todo el ruido que podían, ocultos en las bocacalles y callejas por donde pasaban, con ristras de “ calambucos,” panderetas, golpeando bidones de latón, tambores, estrofillas sacadas para la ocasión, silbidos y voces. Este ruidoso cortejo acompañaba a los recién casados hasta su casa. Esto, al fin y al cabo, podía tomarse por una anécdota graciosa si la MOJIGANGA terminara aquí pero lo malo estaba por venir. Una vez que estaban dentro con sus parientes “celebrando “ con una frugal cena el enlace, los mozos seguían en la puerta dándoles esta singular serenata y así casi toda la noche. Naturalmente, como los que estaban en el interior sabían a qué se exponían, aguantaban lo que podían pero muchas veces se perdían los nervios llegándose a situaciones poco deseables aunque, al final, no pasaba nada. He de decir que LA MOJIGANGA solo se hacía aquella noche dejándoles tranquilos, como no podía ser menos, en adelante.
Una de las más sonadas del pueblo fue la dieron al tío “Pulío” que se trajo una mujer de la provincia de Cáceres, de apodo “ la tía Berejena”, y los mozos le cantaban “- ¡Ay Pulío, Ay Pulío. En qué lìo “teah” metío ¡” Y la última gran MOJIGANGA que recuerdo se la dieron, en Orellanita que tenían la misma costumbre que en nuestro pueblo, a José “Chicharrata” viudo, que casó con Flora una mujer moza del pueblo vecino. Iba uno dando golpes a un bidón y los otros le preguntaban “ ¿Ónde vas con esa lata?” y él respondía:” ¡A la “boa” de “Chicharrata ¡” y seguía dando unos golpes monumentales al latón
Hola Señor Sanche, antes de nada felicitarte por la ideas de este tema, has acertado de lleno, ahora si que tenemos variedad en este foro, hay para todo, para los que solo entran para charlar con sus amigos y saludar, y otros para exponer temas y escribir crónicas, como es tu caso, y otros para hablar del tema en cuestión, que es lo que se pedía a gritos por que parece ser que un foro autentico es eso, debatir el tema del día, en este caso es el noviazgo, y te digo la verdad, no veo tantos intelectos y no intelectos que se preocupen ni tan solo por dar una pequeña opinión del tema, ni para bueno ni para malo, solo los que ya estábamos entrando, y yo me pregunto una y otra vez, si en realidad es ese el motivo por lo que han dejado de entrar o simplemente asido una vil escusa para justificar su no asistencia a este foro, tengo que aclarar que este foro, como ya sabéis todos, es publico y de libre acceso, así que, todo el que quiera entrar y comentar algo lo puede hacer siempre y cuando no falte el respeto a nadie, y al igual, toda persona que no quiera entrar ni exponer ni un comentario, también esta en su derecho, por lo tanto es libre de hacerlo, pero por favor, dejaos de criticar las formas y maneras de transcurrir este foro por que el motivo a la vista esta, que no es ese, por que por temas no serán, ya que tenemos muchos, si es verdad que muchos de ellos carecen de interés y otros se repiten, que yo aconsejo que el creador del tema, el que vea que no funciona o es similar a otros que le quite, ya que el como creador del tema, si puede hacerlo, y con esto a lo que en realidad quería comentar.
Antonio, en el noviazgo, parte VI haces referencia en que cuando se casaban un viudo o viuda con moza, en algunas ocasiones el cura se acercaba a casa para casarlos, ¿no es cierto? Ahora pregunto de nuevo, antiguamente, si se podían casar alguien que ya se había casado por la iglesia de nuevo? Por que ahora creo que no se puede, solo te casan una vez y la segunda creo que no esta permitido, o por otra parte, a los viudos si, pero a los separados o divorciados no?
Estas han sido mis dudas y por consiguientes mis preguntas, espero que me lo aclares, por que supongo que los tiempos evolucionan, y en este caso es ir para atrás, creo.
Saludos Antonio y sigue con esas crónicas que me las leo todas
Antonio, en el noviazgo, parte VI haces referencia en que cuando se casaban un viudo o viuda con moza, en algunas ocasiones el cura se acercaba a casa para casarlos, ¿no es cierto? Ahora pregunto de nuevo, antiguamente, si se podían casar alguien que ya se había casado por la iglesia de nuevo? Por que ahora creo que no se puede, solo te casan una vez y la segunda creo que no esta permitido, o por otra parte, a los viudos si, pero a los separados o divorciados no?
Estas han sido mis dudas y por consiguientes mis preguntas, espero que me lo aclares, por que supongo que los tiempos evolucionan, y en este caso es ir para atrás, creo.
Saludos Antonio y sigue con esas crónicas que me las leo todas