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ORELLANA LA VIEJA: fantastico antonio sigue asi con tus costumbres que...

LOS DIFUNTOS III (Día de)

Por la tarde todo el mundo iba al cementerio con flores y velas y las ponían en nichos y sepulturas que días antes habían adecentado. El Cura y dos monaguillos, uno con el acetre lleno de agua bendita e hisopo y el otro con una talega, iban pasando por todas las tumbas. Al llegar a una el familiar que estaba allí decía-“Quiero uno, dos, tres (los que sean) Responsos”.
-“ ¿Rezados o cantados?” –preguntaba el Sacerdote. Si eran rezados costaban menos y si cantados un poco más. Y como pasa siempre en estos asuntos, las gentes rivalizaba en echar responsos a sus difuntos, a ser posible cantados, para no ser menos que sus vecinos lo que propiciaba que el Cura hiciera su agosto particular en este día. Recolección, por lo demás, de la que también los monaguillos nos beneficiábamos, pues entre lo que nos había dado la gente por las calles y los que nos daba el Cura, sacábamos una paga extra multiplicada por 5 ó 6 y que era, durante el resto del año de un real (25 céntimos de pesetas) a la semana. -“ ¡Réquien etérnam dona eis Dómine” -“Et lux perpetuam luceat a eis”- concluía el cura mientras bendecía el sepulcro con el agua bendita a golpe de hisopo y el doliente introducía el dinero en la taleguilla… y a otro. Como eran tantos muchas veces se terminaba casi de noche. Otros años no se terminaba ese día y se continuaba el domingo próximo.
Cuando se regresaba a la iglesia, las campanas dejaban de doblar y todos nos íbamos a casa donde nos esperaban, para cenar, una “puchas” con tropezones, hechas en la lumbre, que quitaban el sentido.

fantastico antonio sigue asi con tus costumbres que nosotros no dejaremos de leerte. un abrazo