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ORELLANA LA VIEJA: LA BORRIQUITA MANSA....

LA BORRIQUITA MANSA.

QUÉ SE NECESITABA:

Una ventana de hierro para agarrarse a los barrotes.

DÒNDE SE JUGABA:

En la calle.

CUÁNTOS JUGABAN:

Siete u ocho niños.

CÓMO SE ECHABA PARA QUEDARSE:

“A palos más corto”. Uno cogía tantos palitos de distintas medidas como jugadores iban a participar. Se volvía para atrás para que nadie lo viese y los colocaba en el interior de su mano cerrada de tal manera que los palitos se mostraban, a los que los habían de elegir, sin sobresalir unos más que otros. Cada niño sacaba un palito y “se quedaban” los dos que habían sacado los dos más cortos y algunas veces hasta tres.

CÓMO SE JUGABA:

Uno de los que se habían quedado, se agarraba a los barrotes de la ventana teniendo el cuerpo, doblado por la cintura, en posición horizontal. El otro se apoyaba con las manos de la cintura del primero y adquiría la misma postura. Los otros, puestos en fila, cogían carrerilla y saltaban encima de los dos “quedados” procurando avanzar hacia el primero los que más pudieran para dejar sitio a los que habían de saltar después a la vez que gritaban:” ¡A la burriquita mansa ¡” Pronto todo el espacio estaba ocupado y los últimos se veían obligados a dar grandes saltos para encaramarse encima. Había veces que se formaban una “torre” de tíos, agarrados como podían, haciendo unos esfuerzos enormes para no desprenderse y caer pues, si algunos daban con los pies en suelo, se quedaban salvando a los que estoicamente habían aguantado la carga de sus compañeros.
Los de abajo hacían algunas trampillas realizando ligeros movimientos para desestabilizar a los “caballeros” que les montaban y muchas veces lo conseguían logrando el relevo tan deseado.