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ORELLANA LA VIEJA: EL CINE. I...

EL CINE. I

¡Vamos a ver las carteleras para saber lo que echan hoy ¡Esta frase era de las más oídas cuando la gente salía de la Misa Mayor los domingos. Y, efectivamente, todos desfilaban por la acera que va desde lo que es hoy la Caja de Badajoz y donde vive Estanislao “Fanega”. Es que allí es donde vivían Valentín Ramos y “Frasco”, ”El General”, los dueños de los cines y en las fachadas de sus casas ponían las carteleras anunciando las películas que echarían esa noche en sus respectivos salones. Y algunas veces hasta nos daban las llamadas “propagandas” que eran una octavillas con el cartel reducido de las películas.
El cine en Orellana comenzó a principios de los años cincuenta. Leopoldo, de Madrigalejo, traía de vez en cuando máquina de maleta y proyectaba las películas en una pared del convento de San Benito, concretamente la que da a la almazara de los Martínez. Después este hombre se asoció con “Frasco” “El General” y alquilaron un salón y un corralón en la calle Real. En el primero era “el cine de invierno” y el segundo, de verano y lo llamaron “Cine Calderón”. Cuando el tal Leopoldo marchó a Barcelona, “Frasco” encontró en Valentín Ramos un nuevo socio y estuvieron dando cine algún tiempo con el mismo nombre. Más tarde se separaron y Valentín se quedó con los dos salones citados anteriormente y los llamó “Cine Imperio”.”Frasco”, sin embargo, decidió construir una sala nueva (hoy un gran solar enfrente de el Milenium de Mariano), que se llamó “Cine Cervantes”.

Las películas que más nos gustaban a los muchachos eran las del Oeste y las de Romanos, claro que las de Guerra y las de Detectives no estaban mal.
Echaban normalmente dos funciones cada cine: la primera y la segunda aunque algunas veces había las denominadas “funciones infantiles”, por la tarde, en la que pasaban películas totalmente “blancas” como eran las de “El Gordo y el Flaco”, las de “Tarzán”, Marcelino Pan y Vino, Joselito, Marisol etc. etc.