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Crónica Orellanense
“El arrollo de los Aljibes” (la royo d´e loh Sagibe).
Cuentan viejas crónicas que en la plaza llamada hoy del Pilar, existió un manantial tan exuberante que daba curso a un arroyo que en su caminar hacia el río, fue embalsado en dos ocasiones formando dos pequeños Aljibes de los que aún puede verse parte de sus viejos muro de contención, el primero unos metro antes de llegar al nuestro celebre castillo de Montalbán (montalbá, decimos nosotros). Dichos aljibes recogían el agua de lluvia, y del manantial del agua basta, sito en la Plaza del Pilar, también de un arroyuelo que baja del lado este del enclave del actual Cementerio Municipal llamado “el Juncal”. El otro más abajo de dicho castillo parecía ser de un viejo molino medieval, según parece por los restos que pueden verse aún cuando el agua del embalse deja verlos en época estival.
Se dieron las circunstancias de que en Orellana la Vieja hubo unas Tenerías (lugar donde se curten pieles) industria esta que necesita mucha agua por lo que no esta descartado el que dichos Aljibes se construyeran para este trabajo, quedando el arroyo bautizado con el nombre mencionado de los Aljibes. De aquellos vestigios solo queda en Orellana la Vieja el nombre de Tenerías en una de sus calles. Pero existen todavía fuentecillas que vierten sus aguas para engrandecer al arroyo. Saliendo del pueblo a la izquierda las primeras manan de la huerta del Convento, una nace debajo de una peña la otra cercana al arroyo es más abundante, más abajo y en la derecha, otra en uno de los dos huertos que todavía se ven en el curso del arroyo, esta, llamada de “Bolicha”, era según decían buena para todo, más abajo (ya tapadas por el agua del embalse) seguimos en la derecha por Maiserrana y la fuente de la peña de los seminaristas, por la izquierda vertían al arroyo, la fuente del Cura, las dos de las Dehesillas, la de arriba y la de abajo. Y otra que no se como se llamaba (hablare de ella en otra ocasión que lo merece)
Del libro “Historias y Leyendas de Orellana”
No muy lejos el canto sigue, pero esta vez es el agua limpia y cristalina del arroyo de los Aljibes que, rodeando al castillo Montalbán, corre serpenteando por Maiserrana y las Dehesillas, llega a desembocar en el pocique de la Bernagaleja recibiendo allí entre juncos y atarfes las caricias del padre Guadiana. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
Crónica Orellanense
“El arrollo de los Aljibes” (la royo d´e loh Sagibe).
Cuentan viejas crónicas que en la plaza llamada hoy del Pilar, existió un manantial tan exuberante que daba curso a un arroyo que en su caminar hacia el río, fue embalsado en dos ocasiones formando dos pequeños Aljibes de los que aún puede verse parte de sus viejos muro de contención, el primero unos metro antes de llegar al nuestro celebre castillo de Montalbán (montalbá, decimos nosotros). Dichos aljibes recogían el agua de lluvia, y del manantial del agua basta, sito en la Plaza del Pilar, también de un arroyuelo que baja del lado este del enclave del actual Cementerio Municipal llamado “el Juncal”. El otro más abajo de dicho castillo parecía ser de un viejo molino medieval, según parece por los restos que pueden verse aún cuando el agua del embalse deja verlos en época estival.
Se dieron las circunstancias de que en Orellana la Vieja hubo unas Tenerías (lugar donde se curten pieles) industria esta que necesita mucha agua por lo que no esta descartado el que dichos Aljibes se construyeran para este trabajo, quedando el arroyo bautizado con el nombre mencionado de los Aljibes. De aquellos vestigios solo queda en Orellana la Vieja el nombre de Tenerías en una de sus calles. Pero existen todavía fuentecillas que vierten sus aguas para engrandecer al arroyo. Saliendo del pueblo a la izquierda las primeras manan de la huerta del Convento, una nace debajo de una peña la otra cercana al arroyo es más abundante, más abajo y en la derecha, otra en uno de los dos huertos que todavía se ven en el curso del arroyo, esta, llamada de “Bolicha”, era según decían buena para todo, más abajo (ya tapadas por el agua del embalse) seguimos en la derecha por Maiserrana y la fuente de la peña de los seminaristas, por la izquierda vertían al arroyo, la fuente del Cura, las dos de las Dehesillas, la de arriba y la de abajo. Y otra que no se como se llamaba (hablare de ella en otra ocasión que lo merece)
Del libro “Historias y Leyendas de Orellana”
No muy lejos el canto sigue, pero esta vez es el agua limpia y cristalina del arroyo de los Aljibes que, rodeando al castillo Montalbán, corre serpenteando por Maiserrana y las Dehesillas, llega a desembocar en el pocique de la Bernagaleja recibiendo allí entre juncos y atarfes las caricias del padre Guadiana. Desde nuestro pueblo. Víctor Sanz.
