Buena gente, si señor, viviamos enfrente. En quellos tiempos existía una gran hermandad entre los vecinos, a pesar de que yo tenia pocos años lo percibía claramente. Su mujer Isabel (la colorá), su cuñada Juana (la cuchilla), Juana (la bartolona), María (la pelina) Maria (la Crucera), Juana (la chinata), todas personas extraordinarias que a pesar de los tiempos dificiles que se vivían mantenían una actitud de superación digna de elógio. En las noches de verano se sentaban en la puerta de la calle (a tomar el fresco) hasta que apagaban las luces de la calle y la conversación discurría de un punto a otro, Jose el cano solia retirarse de los primeros, al dia siguiente tenía que tabajar. Aun se sigue haciendo pero ya muchas de estas personas no están, recuerdo especialmente a Maria la pelina una gran mujer que siempre estaba de buen humor.