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ORELLANA LA VIEJA: Buenas tardes Antonio, muy buen relato, sigo con el...

RISCO II

En las casas, todo aquel que sus posibilidades económicas se lo permitieron, colocó también una bombilla de rosca estrecha que se ubicaba normalmente en "el medio de casa “, terminado así con la hegemonía luminosa que habían tenido, durante tantos siglos, el candil y el más moderno quinqué.
En los comienzos de 1.939 le quemaron la fábrica producto de la intransigencia, vandalismo, venganzas, envidias y demás barbaridades que afloran con tanta facilidad en las personas y colectivos cuando se da, en una nación, una circunstancia tan terrible como es una guerra civil.
Con una familia tan numerosa y su negocio totalmente
destruido, nuestro hombre no se arredra y emprende la ardua tarea de reconstruirlo todo: nuevas instalaciones, maquinaria más moderna, nuevo generador y, no conforme con todo ello, amplia el negocio con un molino de piensos y con una panadería a cuyo frente siempre estuvo el inolvidable tío Juanillo “Rodeo”, padre de nuestro amigo y forero Victor Sanz. ”Electro - harinera- panificadora Nª Señora del Amparo”, la bautizó en honor a su mujer. Los apagones y averías estaban a la orden del día y sobre todo en “ La Feria” y “El Cristo” pues, al haber naturalmente más demanda de corriente en esos días, el “motó “ no respondía y “se iba la luz”. Pero para eso estaba el tío Juan María, El Electricista”, uno de los empleados más aptos y fieles que Risco tuvo en su larga vida de empresario. Recuerdo cuando, al atardecer y pértiga en ristre, salía de su casa todos los días y se dirigía hacia la pared este de la iglesia donde estaban colocados los interruptores para todo el pueblo. Los chiquillo, que estábamos jugando en la plaza y alrededores y que no queríamos perdernos el espectáculo, convocados por un “- ¡Que viene el tío Juan María a dar la luz ¡” nos arremolinábamos en torno a él que, con gran solemnidad, alzaba su vara y cerraba aquellas “palanquitas” que hacían el milagro de iluminar las calles de Orellana. Esta misma operación la repetía al amanecer para levantar las palancas pero ya sin público infantil.

Buenas tardes Antonio, muy buen relato, sigo con el "libro electrónico" recogiendo
todos y cada uno de los personajes, costubres, medidas etc. Te voy a mandar, en breve, un avance de todo para que depures lo que hasta ahora tenemos.

Ahora, voy a entrar con más frecuencia, problemas diversos, como te indicaba por teléfono me han tenido demasiado ocupado.
Un abrazo,
M. Marcos.