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ORELLANA LA VIEJA: ¡Antonio, qué tiempos aquellos!

JUGAR LAS PERRAS II. (a la raya)

Además de con el repeón, los mozalingones de nuestro pueblo se jugaban las perra a la raya.
QUÉ SE NECESITABA
Unas perras gordas y chicas.
DÓNDE SE JUGABA
En la calle o en cualquier sitio.
CUÁNTOS JUGABAN
No había límites de jugadores.
CÓMO SE ECHABA
Se trataba de ver quién jugaba primero, segundo etc.
Se hacía una raya en el suelo como de unos 2 metros y en los extremos se hacían dos rayitas perpendiculares a la primera. Es decir era como segmento con sus extremos delimitados. Los jugadores se ponían a una distancia de la raya que previamente habían acordado, con una moneda en la mano. La tiraban hacia la raya con la intención de que cayera lo más cerca posibles de ella. Si alguno tiraba su moneda y salía fuera de los extremos, este ya había perdido. Si uno ponía la moneda muy cerca o encima de la raya, tenía que decir:” ¡Chócamela ¡”. Si no decía y había otro que, al tirar su moneda, la chocaba con el que estaba tan próximo a la raya, este perdía el lugar en beneficio del que la había chocado. Si decía esa expresión, aunque se la chocaran, valía la posición que había conseguido
CÓMO SE JUGABA
Una vez averiguado el orden de los jugadores, primero, cogía las perras de todos en la mano y las tiraba para arriba diciendo: CARA ó CRUZ, lo que él quisiera. Una vez en el suelo ganaba todas las perras que habían caído como él había dicho. Si había dicho cara, pues todas las que habían caído cara eran suya.
El segundo tiraba para arriba todas las perras que habían salido con la cruz para arriba. Y así todos.

¡Antonio, qué tiempos aquellos!