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ORELLANA LA VIEJA: TRAVESURAS V...

TRAVESURAS V

“LAS REPRIESAS”

Cuando llovía mucho, las calles de Orellana se convertían en verdaderos ríos. Pero como estaban un poco inclinadas para el centro formando un ángulo, al final, cuando dejaba de llover, se quedaba en un gran arroyo de aguas muy sucias.
Una de las cosas que más nos gustaban en estas ocasiones era hacer una “repriesa”, que no era otra cosa que fabricar un dique de piedras y barro con las manos, para sostener el agua del arroyo y que llegara de lado a lado de la calle. Nosotros generalmente lo hacíamos en la calle Iglesia. De esta manera nos granjeábamos las broncas de las mujeres que tenían que pasar y no podían. Lo que ocurría era que, al final, siempre había un gracioso, que solían ser los más grandes, que reventaba la “repriesa” a la vez que decía: -“En lo que hago. Me cago”. Entonces nosotros aprovechábamos para quitarnos los zapatos y calcetines y meternos en la gran avenida siguiéndola hasta La Rejilla pasando por la plaza.
Esto de meterse en los arroyos era una temeridad en varios aspectos. Lo primero porque lo normal era que salieras del recorrido con uno o varios cortes de cristales y piedras en los pies. Lo segundo, como era mi caso, es que me cogía cada catarros que me tenían malo un montón de días y lo tercero es que, muchas veces no terminábamos el recorrido completo con tranquilidad pues, yo no sé cómo se enteraban nuestras madres pero el caso es que, las más de las veces, se presentaban con una zapatilla en las manos y te llevaban a casa corriendo, naturalmente para no probar el gusto de la zapatilla en el culo aunque más de una vez llegase a su destino.
A pesar de todo esto, cada vez que llovía, que eran muchas más veces que ahora, se repetían las mismas aficiones acuáticas.
En fin…las “repriesas” y meterse descalzos en los arroyos. ¡Qué cosas hacíamos ¡