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DON DIEGO SANZ
D. Diego Sanz de la Cruz, nació en nuestro pueblo el 14 de Enero de 1892 y era hijo de Eusebio Sanz y Lucila de la Cruz.
Estudió el bachillerato y marchó a Madrid donde se licenció en Farmacia y Química. Durante sus estudios trabajó de mancebo en una farmacia lo que sin duda influyó en su posterior afición a los trabajos de laboratorio donde destacó. Ya en posesión de sus títulos se instaló en Campanario donde fundó su laboratorio que le llamó “Calatrava”. De aquí saldrían miles de fórmulas, pues entonces se elaboraban de modo artesanal las medicinas que retaban los médicos. Pero hubo dos de esas fórmulas que adquirieron fama internacional: El matalangosta “Tristán” que la llamó así en honor a su hijo y la crema hidratante “Nínive”.
El matalangosta tenía que ser muy efectivo pues, de vez en cuando, viajó a África para vender y aplicar este producto. Una de las veces lo hizo por encargo del gobierno del General Primo de Rivera para matar una gran plaga de estos insectos que amenazada con pasar el Estrecho de Gibraltar y llagar a la Península.
Por lo que respecta a la crema “Nínive” hizo furor en aquellos tiempos por su calidad y porque él, con sus extraordinarias dotes de publicista, la vendía muy bien.”Se dice que es la precursora de la crema Nivea porque parece ser que D. Diego vendió la patente a esos laboratorio, pero no hay nada probado documentalmente” según se dice en “Campanario, Personajes y otros aspectos culturales “.
D. Diego tenía una personalidad arrolladora: muy inteligente y trabajador, osado, atrevid, con gran sentido del humor y estrafalario. Su vida está llena de anécdotas que ponen de manifiesto dicha personalidad.
Cuando venía a Orellana se quejaba socarronamente, en cierta manera reivindicando su estatus académico, cuando decía: “- ¡Ay que joderse; cuando vengo a mi pueblo todo el mundo me llama Diego el de “La Chata” (que era el apodo que tenía su madre) teniendo dos carreras universitarias y sin embargo a mi hermano, que es un simple Administrador de Correos, todos le llaman Don Sixto.”
Por otra parte de todos eran conocidos los enfrentamientos que tuvo con D. Ramón, el Párroco, que más de una vez le pusieron en situaciones embarazosas de las que siempre salía airoso por el gran ingenio de que siempre hizo gala.
En esta publicación de Campanario que cito más arriba, se cuentan anécdotas protagonizadas por él que más bien parecen de películas. Durante su vida de estudiante tuvo relaciones con la hija de la pensión donde paraba. No sabiendo como cortar aquel compromiso, se le ocurrió la idea de desaparecer de la pensión y poner su propia esquela mortuoria en el periódico ABC al que estaban suscritos en la casa. Al cabo de unos años se encontró con la moza en cuestión y ya nos podemos imaginar cómo fue tal encuentro.
Fue muy amigo de D. Miguel Maura Gamazo, hijo de D., Antonio Maura el político conservador y Presidente del Gobierno Español, y le propuso para ser Gobernador Civil de Badajoz pero él rehusó.
En principio tuvo ideas republicanas pero después cambió y al estallar la Guerra Civil fue encarcelado y estuvo a punto de ser fusilado si no es por una tal “Antonia la de Arre”, que trabajaba en su casa y, al ser del Partido Comunista, le avisó con anterioridad y escapó al bando de los nacionales junto con un médico. Esto fue posible porque, a pesar de estar detenido, le concedían unas horas de libertar para acompañar al médico en su consulta y elaborar las recetas que este prescribía. Acompañó al General Varela en la conquista del Alcázar de Toledo y fue nombrado más tarde administrador del periódico del mismo nombre.
Cuando es tomado Campanario por las tropas nacionales, devuelve el favor a “Antonia la de Arre” y a su familia sacándoles del pueblo evitando así posibles represalias contra ellos.
Vuelve a Madrid donde fundó una agencia de publicidad pasando después a vender productos fitosanitarios circunstancia que le dio la oportunidad de recorrer toda España.
D. Diego Sanz de la Cruz, nació en nuestro pueblo el 14 de Enero de 1892 y era hijo de Eusebio Sanz y Lucila de la Cruz.
Estudió el bachillerato y marchó a Madrid donde se licenció en Farmacia y Química. Durante sus estudios trabajó de mancebo en una farmacia lo que sin duda influyó en su posterior afición a los trabajos de laboratorio donde destacó. Ya en posesión de sus títulos se instaló en Campanario donde fundó su laboratorio que le llamó “Calatrava”. De aquí saldrían miles de fórmulas, pues entonces se elaboraban de modo artesanal las medicinas que retaban los médicos. Pero hubo dos de esas fórmulas que adquirieron fama internacional: El matalangosta “Tristán” que la llamó así en honor a su hijo y la crema hidratante “Nínive”.
El matalangosta tenía que ser muy efectivo pues, de vez en cuando, viajó a África para vender y aplicar este producto. Una de las veces lo hizo por encargo del gobierno del General Primo de Rivera para matar una gran plaga de estos insectos que amenazada con pasar el Estrecho de Gibraltar y llagar a la Península.
Por lo que respecta a la crema “Nínive” hizo furor en aquellos tiempos por su calidad y porque él, con sus extraordinarias dotes de publicista, la vendía muy bien.”Se dice que es la precursora de la crema Nivea porque parece ser que D. Diego vendió la patente a esos laboratorio, pero no hay nada probado documentalmente” según se dice en “Campanario, Personajes y otros aspectos culturales “.
D. Diego tenía una personalidad arrolladora: muy inteligente y trabajador, osado, atrevid, con gran sentido del humor y estrafalario. Su vida está llena de anécdotas que ponen de manifiesto dicha personalidad.
Cuando venía a Orellana se quejaba socarronamente, en cierta manera reivindicando su estatus académico, cuando decía: “- ¡Ay que joderse; cuando vengo a mi pueblo todo el mundo me llama Diego el de “La Chata” (que era el apodo que tenía su madre) teniendo dos carreras universitarias y sin embargo a mi hermano, que es un simple Administrador de Correos, todos le llaman Don Sixto.”
Por otra parte de todos eran conocidos los enfrentamientos que tuvo con D. Ramón, el Párroco, que más de una vez le pusieron en situaciones embarazosas de las que siempre salía airoso por el gran ingenio de que siempre hizo gala.
En esta publicación de Campanario que cito más arriba, se cuentan anécdotas protagonizadas por él que más bien parecen de películas. Durante su vida de estudiante tuvo relaciones con la hija de la pensión donde paraba. No sabiendo como cortar aquel compromiso, se le ocurrió la idea de desaparecer de la pensión y poner su propia esquela mortuoria en el periódico ABC al que estaban suscritos en la casa. Al cabo de unos años se encontró con la moza en cuestión y ya nos podemos imaginar cómo fue tal encuentro.
Fue muy amigo de D. Miguel Maura Gamazo, hijo de D., Antonio Maura el político conservador y Presidente del Gobierno Español, y le propuso para ser Gobernador Civil de Badajoz pero él rehusó.
En principio tuvo ideas republicanas pero después cambió y al estallar la Guerra Civil fue encarcelado y estuvo a punto de ser fusilado si no es por una tal “Antonia la de Arre”, que trabajaba en su casa y, al ser del Partido Comunista, le avisó con anterioridad y escapó al bando de los nacionales junto con un médico. Esto fue posible porque, a pesar de estar detenido, le concedían unas horas de libertar para acompañar al médico en su consulta y elaborar las recetas que este prescribía. Acompañó al General Varela en la conquista del Alcázar de Toledo y fue nombrado más tarde administrador del periódico del mismo nombre.
Cuando es tomado Campanario por las tropas nacionales, devuelve el favor a “Antonia la de Arre” y a su familia sacándoles del pueblo evitando así posibles represalias contra ellos.
Vuelve a Madrid donde fundó una agencia de publicidad pasando después a vender productos fitosanitarios circunstancia que le dio la oportunidad de recorrer toda España.
