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ORELLANA LA VIEJA: EL LINO....

EL LINO.

Esta planta textil se cultivaba antiguamente en nuestro pueblo. Es muy exigente con las tierras por lo que necesitaba que fueran fértiles. Normalmente se sembraba después del trigo a voleo no necesitando cuidados especiales en su cultivo.
El labrador lo segaba a mano y lo llevaba a la era después de seco donde se procedía a machacar las espigas para separar la semilla del tallo. Nunca ha habido grandes producciones en Orellana como para utilizar esta semilla para la producción del aceite de linaza. Aquellas se guardaban para volver a sembrarlo al año siguiente siendo el motivo de su cultivo el aprovechamiento de la fibra que contiene para hacer tejidos. Una vez conseguida esta separación, se procedía a realizar las operaciones que detallamos a continuación:
a) El enriado.- Consistía en llevar el lino en gavillas al río Guadiana ¡Siempre el padre Guadiana ¡y mantenerlo a la corriente durante una semana aproximadamente. Después se tendía al sol para que se secara.
b) El machacado.- Una vez seco se procedía a machacar los tallos para romper la paja con mazos de madera. En nuestro pueblo hay un lugar conocido como “Las Machalinas”, cerca de las calleja de ”Los Lobos”. En este sitio había unas peñas que parece ser que eran aptas para el machacado del lino.
c) El aspado.- Esto se hacía con un aspa de madera, al estilo de una cimitarra árabe. Con ello se conseguía separar la paja ya machacada, de la fibra propiamente dicha quedando una especie de estopa con algunas impurezas todavía.
Todas estas tareas eran llevadas a cabo por el hombre. Las que quedan hasta convertirlo el fino y blanco hilo correspondía a las mujeres.
Efectivamente la mujer cogía manojos de estopa y los pasaba por un rastrillo que era una pieza de madera donde habían clavado muchas puntas formando un círculo (rastrillado). Después de pasar la estopa por las puntas, quedaba un manojo de suave lino. Se torcían de manera burda quedando preparado para el blanqueo. Esta operación se hacía a base de jabón casero y sol y el lino así obtenido se utilizaría para fabricar las piezas más finas como las camisas de hombres, de mujeres, sábanas, mantelerías y pañuelos del ajuar y que serían primorosamente bordados por las mozas.. No todo el lino se blanqueaba sino que, el que iba destinado a sacar el “lienzo crudo”, no se hacía. Con este lienzo se hacían las talegas, sábanas bajeras y calzoncillos de los hombres. Para el hilado se utilizaba la rueca que era una vara, de unos setenta cms. larga, uno de cuyos extremos terminaba en dos bombos hechos de caña donde se envolvía los manojos de lino. De ahí la mano izquierda iba desmenuzando la fibra procurando sacar la misma cantidad de lino para que el hilo, que se torcía con el huso manejado con la mano derecha, tuviera un grosor uniforme. Con el hilo así obtenido se hacía grandes madejas con la devanadera. Estas se guardaban en los baúles aguardando la ocasión de hacer con ellas gruesos ovillos que serían utilizados en los telares y obtener así las finas telas mencionadas más arriba.