EL MOCHO (niños)
El juego de El Mocho, que era un juego estacional porque se jugaba generalmente en el periodo de las matanzas, hay varias versiones. Nosotros vamos a describir las dos más corrientes.
EL MOCHO I.
QUÉ SE NECESITABA:
Un palo de no muy gordo, de unos 50 ó 60 centímetros de largo al que llamábamos mochera y otro de unos 20 ctms que se aguzaba por los dos extremos, que era el mocho.
DÓNDE SE JUGABA:
En las calles o plaza
CUÁNTOS JUGABAN:
Podían jugar dos o más niños formando equipos de número par.
CÓMO SE ECHABA:
Para ver qué jugador o equipo comenzaba el juego se colocaba el mocho en un redondel hecho en el suelo y que después serviría para el desarrollo del juego. Un representante de cada equipo tiraba una vez golpeando al mocho con la mochera en una de sus puntas y, al saltar aquel y estando en el aire, golpearle de nuevo para arrojarlo lo más lejos posible del redondel. Se hacía una señal en el suelo dónde había caído el mocho y tiraba el otro. Si a simple vista se veía cuál estaba más lejos no había problemas y comenzaba el juego el equipo ganador. Si había dudas se procedía a medir la distancia con la mochera.
CÓMO SE JUGABA:
Se acuerda entre los contrincantes el número de mocheras que ha de conseguir primero cada equipo para ganar, por ejemplo: “ Vamos a 200 mocheras”.
Empieza a tirar uno jugador al modo como se ha indicado para echar. Un jugador del equipo contrario coge el mocho y lo lanza con la mano para ver si puede pegar a la mochera que permanece en el suelo en medio del redondel. Si lo consigue pasa el turno de tirar a él o a uno de su equipo. Si no es capaz de tocar a la mochera el jugador que tiró primero tiene opción de golpear el mocho dos veces más desde el mismo punto donde había caído. Entonces el tirador, en una práctica admirable del cálculo estimativo, mide a ojo el número de mocheras que hay entra el sitio donde ha caído el mocho después del último golpe y el redondel: (“ hay 35 mocheras”). Se mide y si hay las que había dicho o más, se las apunta su equipo y sigue jugando otro compañero. Si se queda corto pasa el turno al equipo contrario.
EL MOCHO II.
Todos los apartados son iguales excepto el de “cómo se juega”.
CÓMO SE JUEGA:
Un jugador del equipo que comienza el juego golpea el mocho tirándolo lo más lejos posible del redondel. En ese momento, el tirador suelta la mochera y sale corriendo a “pachugüelo” (a la pata coja) en sentido contrario de donde ha tirado el mocho. Un jugador del equipo contrario corre velozmente, a su vez, para coger el mocho. Lo deja en el redondel y continúa su carrera para coger al de la pata coja. Lo toca y desde ese sitio lo tiene que trasladar, cargando con él “ a burrico”, hasta el redondel.
Si un tirador del mocho no logra golpearlo, cuando salta, y el mocho no sale del redondel, pasa el turno al equipo contrario.
El juego de El Mocho, que era un juego estacional porque se jugaba generalmente en el periodo de las matanzas, hay varias versiones. Nosotros vamos a describir las dos más corrientes.
EL MOCHO I.
QUÉ SE NECESITABA:
Un palo de no muy gordo, de unos 50 ó 60 centímetros de largo al que llamábamos mochera y otro de unos 20 ctms que se aguzaba por los dos extremos, que era el mocho.
DÓNDE SE JUGABA:
En las calles o plaza
CUÁNTOS JUGABAN:
Podían jugar dos o más niños formando equipos de número par.
CÓMO SE ECHABA:
Para ver qué jugador o equipo comenzaba el juego se colocaba el mocho en un redondel hecho en el suelo y que después serviría para el desarrollo del juego. Un representante de cada equipo tiraba una vez golpeando al mocho con la mochera en una de sus puntas y, al saltar aquel y estando en el aire, golpearle de nuevo para arrojarlo lo más lejos posible del redondel. Se hacía una señal en el suelo dónde había caído el mocho y tiraba el otro. Si a simple vista se veía cuál estaba más lejos no había problemas y comenzaba el juego el equipo ganador. Si había dudas se procedía a medir la distancia con la mochera.
CÓMO SE JUGABA:
Se acuerda entre los contrincantes el número de mocheras que ha de conseguir primero cada equipo para ganar, por ejemplo: “ Vamos a 200 mocheras”.
Empieza a tirar uno jugador al modo como se ha indicado para echar. Un jugador del equipo contrario coge el mocho y lo lanza con la mano para ver si puede pegar a la mochera que permanece en el suelo en medio del redondel. Si lo consigue pasa el turno de tirar a él o a uno de su equipo. Si no es capaz de tocar a la mochera el jugador que tiró primero tiene opción de golpear el mocho dos veces más desde el mismo punto donde había caído. Entonces el tirador, en una práctica admirable del cálculo estimativo, mide a ojo el número de mocheras que hay entra el sitio donde ha caído el mocho después del último golpe y el redondel: (“ hay 35 mocheras”). Se mide y si hay las que había dicho o más, se las apunta su equipo y sigue jugando otro compañero. Si se queda corto pasa el turno al equipo contrario.
EL MOCHO II.
Todos los apartados son iguales excepto el de “cómo se juega”.
CÓMO SE JUEGA:
Un jugador del equipo que comienza el juego golpea el mocho tirándolo lo más lejos posible del redondel. En ese momento, el tirador suelta la mochera y sale corriendo a “pachugüelo” (a la pata coja) en sentido contrario de donde ha tirado el mocho. Un jugador del equipo contrario corre velozmente, a su vez, para coger el mocho. Lo deja en el redondel y continúa su carrera para coger al de la pata coja. Lo toca y desde ese sitio lo tiene que trasladar, cargando con él “ a burrico”, hasta el redondel.
Si un tirador del mocho no logra golpearlo, cuando salta, y el mocho no sale del redondel, pasa el turno al equipo contrario.