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EL ESCONDÉ (Escondite).
QUÉ SE NECESITABA
Nada.
DÓNDE SE JUGADA
En la calle a ser posible en los cruces para aprovechar todas las esquinas.
CUÁNTOS JUGABAN
No había límites de jugadores.
CÓMO SE ECHABA
Se utilizaba cualquier forma eliminatoria hasta quedarse uno que era el que contaba: “Pares o nones”, “Un aparato se ha caído” etc.
CÓMO SE JUGABA
El quedado se “recostaba” en una pared, sobre un brazo para taparse los ojos y empezaba a contar hasta veinte con la siguiente retahíla: Una, doli, teli, quitoli, quili, quileta, estando la reina sentada en su silleta, llegó el rey, apagó el candil, candil candilón, cuanta las veinte, que las veinte son: Uno, dos, tres… (Siempre había quien hacia trampillas mirando de reojo para ver dónde se escondía los compañeros). Mientras los demás se escondían debajo de los carros, en las puertas de las casas, detrás de alguna esquina etc. etc. Cuando terminaba de contar avisaba a los demás diciendo “: ¡…diecinueve y veinte. El que no se ha escondío, tiempo a tenío ¡”
Entonces comenzaba la búsqueda de los escondidos. Si veía a alguno decía: “ ¡Torovito a Ramón, Juan, Manolo… ¡” Este salía corriendo para llegar al lugar donde el quedado había contado que trataba de evitarlo y si tocaba con la mano, al descubuierto, antes de llegar al sitio, este era el que se quedaba la próxima vez. Si el descubierto lograba llegar sin ser tocado por el quedado, decía: “Tufa por mi ¡Y se salvaba. Después, el quedado seguía buscando a los demás escondidos para ver si conseguía descubrirlos y tocar a alguno antes de llegar al lugar de salvación.
QUÉ SE NECESITABA
Nada.
DÓNDE SE JUGADA
En la calle a ser posible en los cruces para aprovechar todas las esquinas.
CUÁNTOS JUGABAN
No había límites de jugadores.
CÓMO SE ECHABA
Se utilizaba cualquier forma eliminatoria hasta quedarse uno que era el que contaba: “Pares o nones”, “Un aparato se ha caído” etc.
CÓMO SE JUGABA
El quedado se “recostaba” en una pared, sobre un brazo para taparse los ojos y empezaba a contar hasta veinte con la siguiente retahíla: Una, doli, teli, quitoli, quili, quileta, estando la reina sentada en su silleta, llegó el rey, apagó el candil, candil candilón, cuanta las veinte, que las veinte son: Uno, dos, tres… (Siempre había quien hacia trampillas mirando de reojo para ver dónde se escondía los compañeros). Mientras los demás se escondían debajo de los carros, en las puertas de las casas, detrás de alguna esquina etc. etc. Cuando terminaba de contar avisaba a los demás diciendo “: ¡…diecinueve y veinte. El que no se ha escondío, tiempo a tenío ¡”
Entonces comenzaba la búsqueda de los escondidos. Si veía a alguno decía: “ ¡Torovito a Ramón, Juan, Manolo… ¡” Este salía corriendo para llegar al lugar donde el quedado había contado que trataba de evitarlo y si tocaba con la mano, al descubuierto, antes de llegar al sitio, este era el que se quedaba la próxima vez. Si el descubierto lograba llegar sin ser tocado por el quedado, decía: “Tufa por mi ¡Y se salvaba. Después, el quedado seguía buscando a los demás escondidos para ver si conseguía descubrirlos y tocar a alguno antes de llegar al lugar de salvación.