Prima Juani el camión de mi padre era un pegaso Comet, como éste, pero me despitan las rayas, creo que este era el de Antonio Martínez, marido de María Hoyas. El que conducía mi padre era blanco, habría que preguntarle a mi hermano Federico, esto lo puede hacer Mariano.
Respecto a la cancioncilla, que me dices, es una cancioncilla que se trasmitía de padres a hijos. Viene por la rama de nuestras abuelas y se cantaba en momentos de entretenimiento, yo la heredé de la tradición.
A propósito de familia, te trascribo una poesía que recitaba en estos tiempos de Cuaresma nuestra bisabuela Atocha González López, nacida en Don Benito en 1850 y que solía ensenar a sus nietos, algunos la aprendieron de memoria.
Oración a la Virgen Dolorosa.
Virgen Santísima de los Dolores,
yo contemplo con fervor,
la Santa Pasión y muerte
de Jesús mi Redentor.
Caminando va al Calvario,
con muchísimo dolor,
con la Santa cruz a cuesta,
camina Nuestro Señor.
Ha salido un Cirineo,
a ayudarle a llevar la cruz,
pues crucificarle vivo,
quieren a nuestro Jesús.
Y nuestra madre bendita,
Madre de Dios soberana,
cayó desmayada al suelo,
sin poder hablar palabra.
Una espada de dolor,
le atravesaba su alma,
al ver a su santo hijo,
que entre sayones se hallaba.
Yo te pido madre mía,
Madre de Dios y del alma,
que a la hora de la muerte,
me deis vuestra Santa gracia.
Bueno prima, no dirás que no saco cosas antiguas y siempre nuevas del baúl. Un beso grande
(Recogida por Demetrio de tía Manola Casado Morcillo de Madrid).
Respecto a la cancioncilla, que me dices, es una cancioncilla que se trasmitía de padres a hijos. Viene por la rama de nuestras abuelas y se cantaba en momentos de entretenimiento, yo la heredé de la tradición.
A propósito de familia, te trascribo una poesía que recitaba en estos tiempos de Cuaresma nuestra bisabuela Atocha González López, nacida en Don Benito en 1850 y que solía ensenar a sus nietos, algunos la aprendieron de memoria.
Oración a la Virgen Dolorosa.
Virgen Santísima de los Dolores,
yo contemplo con fervor,
la Santa Pasión y muerte
de Jesús mi Redentor.
Caminando va al Calvario,
con muchísimo dolor,
con la Santa cruz a cuesta,
camina Nuestro Señor.
Ha salido un Cirineo,
a ayudarle a llevar la cruz,
pues crucificarle vivo,
quieren a nuestro Jesús.
Y nuestra madre bendita,
Madre de Dios soberana,
cayó desmayada al suelo,
sin poder hablar palabra.
Una espada de dolor,
le atravesaba su alma,
al ver a su santo hijo,
que entre sayones se hallaba.
Yo te pido madre mía,
Madre de Dios y del alma,
que a la hora de la muerte,
me deis vuestra Santa gracia.
Bueno prima, no dirás que no saco cosas antiguas y siempre nuevas del baúl. Un beso grande
(Recogida por Demetrio de tía Manola Casado Morcillo de Madrid).