ORELLANA LA VIEJA: Buenos días, A. Rincón yo no lo consideraría desprecio...

Pequeños detalles.

La vida está llena de pequeños detalles. Detalles en los que unas veces reparamos y otras no, pero que siempre nos delata, de una manera u otra, y nos ponen nombre y apellidos.

Pequeño detalle es que hablando con una persona a cientos de kilómetros, por teléfono, con solo decir “un segundino”, me ponga nombre: extremeño y apellidos Badajoz y cerca de la Serena.

Pequeño detalle es tener un llavero con una bellota y que te identifiquen con Extremadura, esta vez con menos precisión, solo acertó el nombre, pero un pequeño detalle… es un pequeño detalle.

Pequeño detalle es que a pesar del tiempo que llevo fuera de Orellana, dicen que aún conservo su bendito acento y personas que por azar, vacaciones o trabajo, han estado por nuestras tierras reconozca mi forma de hablar y me asocien con mi tierra, mi pueblo o alrededores.

Me he sentido sorprendido y contento, muy contento, y orgulloso, muy orgulloso porque las personas que han adivinado mis orígenes han mostrado una enorme satisfacción y una gran alegría de haber podido visitar Extremadura.

Puede parecer una “tontuna”… pero la satisfacción y la alegría que han sentido estas personas también es la mía.

Un abrazo
M. Marcos.

Buenas tardes A TODOS, yo no distingo entre viejos y nuevos, ni por antigüedad ni por edad.

Miguel, me encantan tus pequeños detalles y, los ratifico, pues es cierto que cuando estas lejos de los tuyos y de tu tierra y, alguien te identifica por un gesto o una expresión... Sientes como que algo en tu interior se te mueve y te da vida y te trae recuerdos, pero... ¿Cuanto duele, cuando crees haber encontrado un rincón donde estar con los tuyos y ves que alguien te desprecia solo con un simple saludo?

Buenas tardes y buen fin de semana para todos.

Buenos días, A. Rincón yo no lo consideraría desprecio sino una forma de comportarse, muy propia, entre las personas que han tenido la suerte de estar siempre en su pueblo y por tanto no están capacitados ni para comprender ni para entender el enorme sacrificio que hemos hecho los que por motivos de trabajo, que no de vacaciones, hemos tenido que abandonar, padres, hermanos, familiares, vecinos, etc., y marcharnos a cientos de kilómetros cuando nuestros deseos eran todo lo contrario.

Mi experiencia me dice que esa minoría no puede empañar la enorme solidaridad y cariño que existe en todos los pueblos de España.

Saludos,
M. Marcos.