Buenas noches a todos los visitantes del foro, desde Valencia, saludos.
Aquella noche había sido esperada con impaciencia, toda la tarde habiamos estado preguntando cuanto faltaba. A medio día, la comida habia sido la confirmación de que era un dia especial. El potaje no era lo que mas nos gustaba, ni el bacalao, ni siquiera las tortillas, pero el guiso de castañas, el arroz con leche, ls natillas, los panquemados de media tarde, aquello si nos hacia disfrutar. Y la culminación sería nuestra participación en la procesión, caminando en silencio, detras del Cristo de la capilla. Al paso por la calle real, el suelo cubierto de plantas aromaticas que al ser pisadas levantaban efluvios magicos, convertian el momento en algo inenarrable para un niño de 8 años, la magia flotaba en el aire, de pronto el tiempo, la vida, el mundo se paraban, alguien se arrancaba a cantar una saeta dando gracias al Cristo por no se que cosa. Han pasado 40 años pero aún puedo ver aquellas escenas que quizas hagan sentir algo parecido en estos dias a algun niño que por primera vez participe en las procesiones de nuestro pueblo.
Aquella noche había sido esperada con impaciencia, toda la tarde habiamos estado preguntando cuanto faltaba. A medio día, la comida habia sido la confirmación de que era un dia especial. El potaje no era lo que mas nos gustaba, ni el bacalao, ni siquiera las tortillas, pero el guiso de castañas, el arroz con leche, ls natillas, los panquemados de media tarde, aquello si nos hacia disfrutar. Y la culminación sería nuestra participación en la procesión, caminando en silencio, detras del Cristo de la capilla. Al paso por la calle real, el suelo cubierto de plantas aromaticas que al ser pisadas levantaban efluvios magicos, convertian el momento en algo inenarrable para un niño de 8 años, la magia flotaba en el aire, de pronto el tiempo, la vida, el mundo se paraban, alguien se arrancaba a cantar una saeta dando gracias al Cristo por no se que cosa. Han pasado 40 años pero aún puedo ver aquellas escenas que quizas hagan sentir algo parecido en estos dias a algun niño que por primera vez participe en las procesiones de nuestro pueblo.