recuerdos de un consreje
3ª parte y última.
Y con esto llego al principio en donde comencé. Las esperadas vacaciones de Navidad, eran unas fiestas con mucho candor y alegría, rebosante de mutuo afecto entre unos y otros tanto de alumnos como de profesores y del buen comer donde cada cual ponían su aportación para que todo saliera lo mejor posible: los alumnos de 1º llevaban una tortilla cada uno (casi siempre de patatas) las cuales eran partidas en pequeños trocitos por los de 3º que eran los encargados de la organización. Los de 2º aportaban deliciosas tartas y dulces casero hechos por sus laboriosas madres y también eran los encargados (por sorteo 6 en total) de la limpieza una vez terminada la fiesta. También se hacía por parte del alumnado varios temas culturales, baile, teatro, charadas y recitación de poesías, recuerdo una que era muy pegadiza por lo simple y que entre otras cosas decía. Tira de aquí
tira de allá
por fin los estudiantes
salimos a bailar.
Es decir, que para que bailaran los estudiantes había necesidad de tirarles de algo aunque el verso no diga de que, debemos pensar que de... alguna cuerda soga o rozal. Bueno era saber entre que clase de estudiantes estábamos. “todos maravillosos”
Los veteranos de C. O. U. eran los encargados de reunir una cuota de dinero para las bebidas y aperitivos variados, también de hacer la sangría en grandes cubos que compraban al efecto, una vez hecha del día anterior se guardaba bajo llave en el laboratorio de física (actualmente donde esta la biblioteca del centro). Solo se tenía permiso para echar en la sangría una botella de licor -coñac o wiski- (pero diré aunque sea en mi contra) que yo pasaba la mano haciendo vista gorda para que a la una se sumaran dos o tres más, así es de suponer que resultara más sustanciosa aunque naturalmente más alcohólica, pero no por esto se hacía más violenta la camaradería y convivencia de aquellos jóvenes alumnos, todo era amistad y respeto mutuo, valores estos que siempre deben de estar presentes entre toda relación humana, por mi parte y en las mismas condiciones y edad volvería a hacer el mismo trabajo. Para mi fue muy gratificante.
El mundo y la vida son como son y no cabe otra alternativa que la de transigir, así que aceptemos las cosas tal y como son. Es lo mejor que podemos hacer.
Y ahora ya en el súper pasado ecuador de mi vida me queda el sano orgullo de haber contribuido con mi esfuerzo y trabajo a que ellos llegaran alto en sus justas aspiraciones. Aquí se formaron ideales que con el tiempo dieron su fruto. Matemáticos, A. T. S., Abogados, Informáticos, Protésicos, Arquitectos, Maestros de E. G. B. Empresarios, Oftalmólogos, y un Sacerdote.
¡Aleluya, aleluya! Durante casi cinco años yo fui su bedel.
Víctor Sanz 2010
3ª parte y última.
Y con esto llego al principio en donde comencé. Las esperadas vacaciones de Navidad, eran unas fiestas con mucho candor y alegría, rebosante de mutuo afecto entre unos y otros tanto de alumnos como de profesores y del buen comer donde cada cual ponían su aportación para que todo saliera lo mejor posible: los alumnos de 1º llevaban una tortilla cada uno (casi siempre de patatas) las cuales eran partidas en pequeños trocitos por los de 3º que eran los encargados de la organización. Los de 2º aportaban deliciosas tartas y dulces casero hechos por sus laboriosas madres y también eran los encargados (por sorteo 6 en total) de la limpieza una vez terminada la fiesta. También se hacía por parte del alumnado varios temas culturales, baile, teatro, charadas y recitación de poesías, recuerdo una que era muy pegadiza por lo simple y que entre otras cosas decía. Tira de aquí
tira de allá
por fin los estudiantes
salimos a bailar.
Es decir, que para que bailaran los estudiantes había necesidad de tirarles de algo aunque el verso no diga de que, debemos pensar que de... alguna cuerda soga o rozal. Bueno era saber entre que clase de estudiantes estábamos. “todos maravillosos”
Los veteranos de C. O. U. eran los encargados de reunir una cuota de dinero para las bebidas y aperitivos variados, también de hacer la sangría en grandes cubos que compraban al efecto, una vez hecha del día anterior se guardaba bajo llave en el laboratorio de física (actualmente donde esta la biblioteca del centro). Solo se tenía permiso para echar en la sangría una botella de licor -coñac o wiski- (pero diré aunque sea en mi contra) que yo pasaba la mano haciendo vista gorda para que a la una se sumaran dos o tres más, así es de suponer que resultara más sustanciosa aunque naturalmente más alcohólica, pero no por esto se hacía más violenta la camaradería y convivencia de aquellos jóvenes alumnos, todo era amistad y respeto mutuo, valores estos que siempre deben de estar presentes entre toda relación humana, por mi parte y en las mismas condiciones y edad volvería a hacer el mismo trabajo. Para mi fue muy gratificante.
El mundo y la vida son como son y no cabe otra alternativa que la de transigir, así que aceptemos las cosas tal y como son. Es lo mejor que podemos hacer.
Y ahora ya en el súper pasado ecuador de mi vida me queda el sano orgullo de haber contribuido con mi esfuerzo y trabajo a que ellos llegaran alto en sus justas aspiraciones. Aquí se formaron ideales que con el tiempo dieron su fruto. Matemáticos, A. T. S., Abogados, Informáticos, Protésicos, Arquitectos, Maestros de E. G. B. Empresarios, Oftalmólogos, y un Sacerdote.
¡Aleluya, aleluya! Durante casi cinco años yo fui su bedel.
Víctor Sanz 2010
Y muy orgulloso que puedes estar de este periodo de tu vida que transcurrió entre los estudiante, Victor. Mi hijo Claudio, que fue uno de ellos, te recuerda con cariño. Y te doy las gracias, por la parte que me toca, de la sana invidia que sentiste por los Maestros y la labor tan extraordinaria que realizan. Es bueno reconocer siempre la labor del Maestro y más en estos tiempos que lo están pasando tan mal por los jodíos recortes a que están siedo sometidos en casi todas las Comunidades autónomas y que, Dios quiera, que no nos tengamos que arrepentir en su día porque son verdaderos misiles a la linea de flotación del barco de LA EDUCACIÓN.
Muchas gracias, Victor, por esos recuerdos que nos has regalado.
Muchas gracias, Victor, por esos recuerdos que nos has regalado.