De tertulia II
Un poco en suspense por los recuerdos venidos a su cabeza, Dionisio sigue hablando y se va acordando de que no tenía horas para ir a pescar. Lo mismo él que todos sus compañeros, lo mismo le daba el día que la noche, “había que comer”, me responde a mi pregunta con voz temblorosa entre dientes y bajito, que por las noches es conveniente de que la luna estuviera en un ciclo que no se viese mucho, ósea en cuartos menguantes para que el pescado no le pudiesen ver. Pero por otra parte le daría igual porque él no necesitaba ver atientas, echaría los trasmallos y desenredaría a los peces del mismo.
No les importaría a estos hombres de río que lloviese, hiciera frio, aire, calor. Había que salir, en casa de Dionisio eran siete a comer y por parte de sus compañeros más o menos.
Otra forma de pescar eran los esqueros o garlitos. Son como embudos hechos de juncos donde el pez entra pero no puede salir. Esta forma de pescar era más que nada para peces pequeños, como podían ser pardillas o cachuelos, bocados muy exquisitos y con muy buena venta.
El rio tenía sus meses de veda, no se podía pescar desde el mes de Abril hasta el día quince de agosto, pero esto no era problema, las vedas no se respetaban por que había mucha hambre, la guardia civil hacía la vista gorda en estos casos.
Los sitios del río preferidos para pescar fueron: la zona denominada “los Cogoyudos”, “La Camella”, “el arrollo la Huerta”, “Vegaquema”, “Carreta”, estos digamos que son los sitios más querenciosos para el pesca o.
Clases de peces que existían en el río Guadiana por esas fechas.
Carpa común, carpa royal, barbo también llamado machos, bogas, pardillas, cachuelos, tencas, colmillos, anguilas, y un molusco como son los mejillones de gran concha que ni los viejos pescadores se explican que hacían en el rio, dicen que eran bastos y malos.
Un poco en suspense por los recuerdos venidos a su cabeza, Dionisio sigue hablando y se va acordando de que no tenía horas para ir a pescar. Lo mismo él que todos sus compañeros, lo mismo le daba el día que la noche, “había que comer”, me responde a mi pregunta con voz temblorosa entre dientes y bajito, que por las noches es conveniente de que la luna estuviera en un ciclo que no se viese mucho, ósea en cuartos menguantes para que el pescado no le pudiesen ver. Pero por otra parte le daría igual porque él no necesitaba ver atientas, echaría los trasmallos y desenredaría a los peces del mismo.
No les importaría a estos hombres de río que lloviese, hiciera frio, aire, calor. Había que salir, en casa de Dionisio eran siete a comer y por parte de sus compañeros más o menos.
Otra forma de pescar eran los esqueros o garlitos. Son como embudos hechos de juncos donde el pez entra pero no puede salir. Esta forma de pescar era más que nada para peces pequeños, como podían ser pardillas o cachuelos, bocados muy exquisitos y con muy buena venta.
El rio tenía sus meses de veda, no se podía pescar desde el mes de Abril hasta el día quince de agosto, pero esto no era problema, las vedas no se respetaban por que había mucha hambre, la guardia civil hacía la vista gorda en estos casos.
Los sitios del río preferidos para pescar fueron: la zona denominada “los Cogoyudos”, “La Camella”, “el arrollo la Huerta”, “Vegaquema”, “Carreta”, estos digamos que son los sitios más querenciosos para el pesca o.
Clases de peces que existían en el río Guadiana por esas fechas.
Carpa común, carpa royal, barbo también llamado machos, bogas, pardillas, cachuelos, tencas, colmillos, anguilas, y un molusco como son los mejillones de gran concha que ni los viejos pescadores se explican que hacían en el rio, dicen que eran bastos y malos.
Antonio, los mejillones esos aun los puedes encontrar (creo) por los tercios. Soliamos encontrarlos por alli.
Y a ver si te repasas los motes, que te falta un pescador de los ultimos y mas famosos, a no ser que tuviese otro mote.
Y a ver si te repasas los motes, que te falta un pescador de los ultimos y mas famosos, a no ser que tuviese otro mote.