
CUERDAS
Antaño había una forma muy particular de pescar y digo particular porque se solía desarrollar la acción de pesca casi a escondidas.
Las cuerdas estaban hechas de hilo de coco muy gordo y también las había de hilo Carreto el antiguo hilo que los zapateros usaban para coser los zapatos.
Consistía en un tramo de hilo como de unos veinte metros y como a metro y medio de la punta se ponía un quitavueltas y por en cima del quita vueltas una bola de plomo, del quita vueltas para abajo se ataba un cabestrillo de hilo de coco de ahí hasta el anzuelo, de tal manera que para lanzarlo se cogía por encima de la bola de plomo y dando vueltas al estilo oeste hasta soltar el plomo de tal manera que la fuerza y la inercia que dabas al lanzar así caía de lejos el cebo. Al principio de la cuerda o hilo se ataba una goma, dicha goma se ataba a la estaca que estaba clavada en la tierra. Al picar el pez la goma hacía de muelle y la elasticidad provocaba que el pez se cansara antes, de tirar y tirar, y a la vez de no romper la cuerda.
Este método de pesca hay quien todavía lo usa, pero hay que reconocer que los animales sufren al verse tanto tiempo prisioneros, cuando no se rajan la boca de tanto bregar al verse sujetos.
Estas cuerdas se tiraban al agua de noche y se iban a recoger al día siguiente por lo que el pez, ya digo que sufría mucho.
Antaño había una forma muy particular de pescar y digo particular porque se solía desarrollar la acción de pesca casi a escondidas.
Las cuerdas estaban hechas de hilo de coco muy gordo y también las había de hilo Carreto el antiguo hilo que los zapateros usaban para coser los zapatos.
Consistía en un tramo de hilo como de unos veinte metros y como a metro y medio de la punta se ponía un quitavueltas y por en cima del quita vueltas una bola de plomo, del quita vueltas para abajo se ataba un cabestrillo de hilo de coco de ahí hasta el anzuelo, de tal manera que para lanzarlo se cogía por encima de la bola de plomo y dando vueltas al estilo oeste hasta soltar el plomo de tal manera que la fuerza y la inercia que dabas al lanzar así caía de lejos el cebo. Al principio de la cuerda o hilo se ataba una goma, dicha goma se ataba a la estaca que estaba clavada en la tierra. Al picar el pez la goma hacía de muelle y la elasticidad provocaba que el pez se cansara antes, de tirar y tirar, y a la vez de no romper la cuerda.
Este método de pesca hay quien todavía lo usa, pero hay que reconocer que los animales sufren al verse tanto tiempo prisioneros, cuando no se rajan la boca de tanto bregar al verse sujetos.
Estas cuerdas se tiraban al agua de noche y se iban a recoger al día siguiente por lo que el pez, ya digo que sufría mucho.