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ORELLANA LA VIEJA: Recuerdo esa bruma matutina, aquellos días en que desde...

Milord informa.
Crónicas Orellanenses Diciembre 2011.

El puente de la Constitución e Inmaculada, larguísimo. Que más pareció eslabones de enganche de una cadena que un puente festivo. Este puente, pasó sin pena ni gloria, lo de siempre, las matanzas, la caza y la pesca fueron las diversiones, aunque no se trató de ocio para todos ya que algunos les tocó la laboriosa actividad de la recolección de la aceituna, que este año ha colmado con creces su producción, dicho sea de paso que los labradores tenían el cuerpo en vilo por aquello del largo verano, porque el fruto (pequeño como garbanzos) no auguraba buenas expectativas. Esto se solucionó con cientos de toneladas que eran machacadas (molidas) en la prensa que ahora la llaman almazara. Pero claro, al haber tanta cantidad, el precio se puso por los suelos. Es una pena que el valor en kilo actualmente sea irrisorio. Veremos si el aceite baja también.
Las nieblas de nuestro Guadiana no son tan densas como las tan acreditadas del Támesis en Londres. Aquellas nieblas son nieblas formales y de carácter que saben imponerse a los moradores de aquella urbe inglesa dejando la población a oscura por espacio de muchos meses. Estas nuestras, quieren ser un remedo de aquellas, porque cuando tratan de imponerse solo unos días el sol las rasga, las deshilacha y evapora, luciendo espléndido en las hermosas tardes del invierno orellanense. Por esto siempre se dijo que mañanitas de niebla tarde de paseo.
A pesar de las nieblas que hacen su vergonzosa aparición en las primeras horas de la mañana disolviéndose luego cuando las hieren los primeros rayos del sol, el tiempo que disfrutamos es espléndido y constituye un rico presente dedicado a nuestros jóvenes y a nuestros labradores que están de completo acuerdo en pedir y desear que siga el buen tiempo, es que éste parece querer asociarse a las fiestas que tenemos proyectadas de Navidad. Hasta ahora disfrutamos de una temperatura muy soportable a pesar de encontrarnos en el mes de los grandes fríos. Si al tiempo no le da por burlarse de nosotros, ofreciéndonos días claros y obsequiándonos luego con alguna lluvia pertinaz e inoportuna, podemos anticipar y congratularnos del éxito de estas fiestas Navideñas.
Y ahora hablemos de “Farfallas”, (insecto italiano) digo de cosas.
Después del toque (no de oración) que se dio al Edilatariado comenzaron las obras de las aceras de la calle Iglesia que por cierto iban de maravilla por su espigada y esmerada elaboración, pues parece ser que se han parado por unos días…? Ahora que nuestro Ayuntamiento daba señales de vida realizando algunas obras, y que parecía que el porvenir comenzaba a sonreír, volvemos a la triste realidad de que en las arcas de nuestro municipio no se guardan ni un duro.
¡Vaya por Dios y qué poco dura la felicidad en la casa de los pobres! No hay más remedio que suspender los trabajos para seguir con el ahorro, y hablando de ahorro, éste ha llegado incluso a la iluminación Navideña compuesta por unos pequeñísimos rectángulos horizontales con algunas estrellitas en su interior “de octava luminosidad”. En consecuencia. Como fichas de dominó más o menos. Ellos sabrán...

Una bruma blanquecina se extiende sobre el embalse como un paraguas de encaje. Es un hermoso amanecer de principio de invierno; todo yace en silencio, el sol naciente intenta proyectar su luz a través de la maraña y se refleja en la quieta y serena superficie del agua que la devuelve en un ambiente vaporoso. De las inmóviles aguas emergen decenas de chorritos de vapor que suben y suben semejantes a los que se producen en las aguas termales hasta mezclarse con la incipiente niebla que comienza a formarse.
Así es el entorno de Orellana en estos últimos días de otoño de 2011. Feliz Navidad.
Desde Orellana la Vieja. Víctor Sanz.

Recuerdo esa bruma matutina, aquellos días en que desde la "peña el fraile " y en dirección al "huerto el agua" íbamos a arrancar tomillo para encender el brasero, y como chisporroteaba el picón que antes habíamos hecho en la era, quemando ramas bajo un pira de tierra que arrojaba humo durante varios días hasta que el picón estaba a punto. También la recuerdo cuando por el mes de Enero frecuentábamos la laguna a primeras horas de la mañana para recoger las aguanieves que habían caído en los "lazos" cuando picoteaban en la orilla.
Bonita crónica Victor, bonitos recuerdos.
Saludos.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Buenas José. Me satisface en extremo que mi crónica te haya hecho recordar tu pasado de niño en nuestro pueblo. La peña del fraile ya no existe por que esta cubierta de escombros que fueron tirando, hay una fotografía que esta puesta en este foro, pero será difícil de dar con ella. Yo también recuerdo las piconeras de las que hablas.
La verdad sea dicha: El entorno de nuestro pueblo es algo difícil de describir, hay que verlo. Saludos.