Milord informa.
Pues como no soy insensible ante vuestros defensores comentarios no tengo más que por agradecimiento a vosotros daros las gracias a todos. Sánchez, Campanaria, Teo Cerro, Galeano, Valentina Cerro, Antonia Martín y Luis Manjón. Últimamente Anastasio Julia Luengo.
Como todos sabéis a mi no me asustan que me LADREN LOS PERROS, por eso no le he contestado al personaje ese que se hace pasar por de Villanueva, y cae a colación el escrito siguiente.
Según un biógrafo y escritor (de los mejores escritores de Orellana). José María Arenas Sanz, en su libro “Días Contados, 2001) dice de mi lo siguiente: Víctor Sanz coloquialmente es Vito, pequeño, estirado y algo renegrido de tez, siempre ha tenido un punto amanerado, en el pueblo nadie lo mira de mala manera, al contrario, todo el mundo lo aprecia y lo respeta, lo acepta como es, casos como el suyo siempre han sido un anacronismo en la sociedad rural en la que las circunstancias le obligaron a desenvolverse pero Víctor se ganaba el respeto a pulso, demostrando ser un artista consumado que dominaba con soltura varias disciplinas, su principal modo de vida aquellos años era la fotografía que compartía al alimón con Juan Manuel (el de los arradios) los tiempos heroicos de la Werlisa y el blanco y negro, ya entonces hacía sus pinitos con la pintura al óleo y la acuarela, sabía modelar el barro, escribía delicadas y elegantes poesías, ingeniosos cuentos fantásticos, incluso alardeaba como un profesional con la guitarra o el acordeón en la mano entonando melifluas tonadillas, Vito, como muchos otros probó fortuna en la aventura de la emigración a Mallorca tal vez buscando nuevos horizontes donde desarrollar y mejorar sus dotes espirituales, pero no debieron cuadrar las cuentas, algo tuvo que fallar porque no tardo mucho en regresar al terruño y agarrar de nuevo su vieja Werlisa con la que pateaba el pueblo colgada del hombro.
El primer tomo de “Crónicas Orellanenses” esta ya en formato digital, Consta de más de trescientas cincuenta paginas y un total de 100 fotografías, el ante prologo es de Miguel Marcos Gil (mariquillo) y el prologo de Antonio Ramírez (el barquillero) y las correcciones ortográficas del amigo Antonio Sánchez (sanche) si alguien esta interesado en adquirirlo puede demandárselo a Miguel Marcos que seguro que con mucho agrado os lo mandara por correo electrónico, el es autor de la recopilación de estas crónicas.
Y eso es todo amigos, un abrazo desde Orellana. Víctor Sanz.
Pues como no soy insensible ante vuestros defensores comentarios no tengo más que por agradecimiento a vosotros daros las gracias a todos. Sánchez, Campanaria, Teo Cerro, Galeano, Valentina Cerro, Antonia Martín y Luis Manjón. Últimamente Anastasio Julia Luengo.
Como todos sabéis a mi no me asustan que me LADREN LOS PERROS, por eso no le he contestado al personaje ese que se hace pasar por de Villanueva, y cae a colación el escrito siguiente.
Según un biógrafo y escritor (de los mejores escritores de Orellana). José María Arenas Sanz, en su libro “Días Contados, 2001) dice de mi lo siguiente: Víctor Sanz coloquialmente es Vito, pequeño, estirado y algo renegrido de tez, siempre ha tenido un punto amanerado, en el pueblo nadie lo mira de mala manera, al contrario, todo el mundo lo aprecia y lo respeta, lo acepta como es, casos como el suyo siempre han sido un anacronismo en la sociedad rural en la que las circunstancias le obligaron a desenvolverse pero Víctor se ganaba el respeto a pulso, demostrando ser un artista consumado que dominaba con soltura varias disciplinas, su principal modo de vida aquellos años era la fotografía que compartía al alimón con Juan Manuel (el de los arradios) los tiempos heroicos de la Werlisa y el blanco y negro, ya entonces hacía sus pinitos con la pintura al óleo y la acuarela, sabía modelar el barro, escribía delicadas y elegantes poesías, ingeniosos cuentos fantásticos, incluso alardeaba como un profesional con la guitarra o el acordeón en la mano entonando melifluas tonadillas, Vito, como muchos otros probó fortuna en la aventura de la emigración a Mallorca tal vez buscando nuevos horizontes donde desarrollar y mejorar sus dotes espirituales, pero no debieron cuadrar las cuentas, algo tuvo que fallar porque no tardo mucho en regresar al terruño y agarrar de nuevo su vieja Werlisa con la que pateaba el pueblo colgada del hombro.
El primer tomo de “Crónicas Orellanenses” esta ya en formato digital, Consta de más de trescientas cincuenta paginas y un total de 100 fotografías, el ante prologo es de Miguel Marcos Gil (mariquillo) y el prologo de Antonio Ramírez (el barquillero) y las correcciones ortográficas del amigo Antonio Sánchez (sanche) si alguien esta interesado en adquirirlo puede demandárselo a Miguel Marcos que seguro que con mucho agrado os lo mandara por correo electrónico, el es autor de la recopilación de estas crónicas.
Y eso es todo amigos, un abrazo desde Orellana. Víctor Sanz.
Victor, no tienes que agradecer nada a nadie. este señor estoy convencido que no te conoce personalmente y si te conoce tiene muy mala uva, pero que no se crea con el derecho de juzgarte a ti ni a nadie por su estatura o condición de ningún tipo. Victor, hace muchos años que eres conocido, apreciado y querido por toda mi familia, entre los cuales me incluyo, asi que sigue siendo como eres y como muy bien dices, los perros que ladren.