
Desde el campo yo diviso, la sierra, de Pela entera,
la sierra de Orellanita, y la de Orellana la Vieja,
la carrera de caballos, a lo lejos que blanquea,
el chorrero de la Villa, y el puerto de villa vieja,
las pedrizas que separan la vegetación de estas.
Observo barios cortijos, con sus ovejas y vacas,
con tractores y pastores, dedicaos a la labranza.
A lo lejos veo retamas, y perdices que cantan a mis espaldas,
después de tanto observar,
me he quedado hundido el coche, en un pantanal,
como un novato primerizo del camino me he salido,
siendo esta mi sorpresa de haberme quedado hundido.
Llamo a un coche, llamo a otro, así hasta tres tirando,
los cuales quedan hundidos, a lo largo del pantano.
Por fin se acerca un tractor, haber si este tira algo,
coge un coche lo hecha fuera, y así hasta sacar los cuatro.
Cinco horas han pasado, hasta que me han sacado,
eso por tanto observar, a la sierra y al pantano.
la sierra de Orellanita, y la de Orellana la Vieja,
la carrera de caballos, a lo lejos que blanquea,
el chorrero de la Villa, y el puerto de villa vieja,
las pedrizas que separan la vegetación de estas.
Observo barios cortijos, con sus ovejas y vacas,
con tractores y pastores, dedicaos a la labranza.
A lo lejos veo retamas, y perdices que cantan a mis espaldas,
después de tanto observar,
me he quedado hundido el coche, en un pantanal,
como un novato primerizo del camino me he salido,
siendo esta mi sorpresa de haberme quedado hundido.
Llamo a un coche, llamo a otro, así hasta tres tirando,
los cuales quedan hundidos, a lo largo del pantano.
Por fin se acerca un tractor, haber si este tira algo,
coge un coche lo hecha fuera, y así hasta sacar los cuatro.
Cinco horas han pasado, hasta que me han sacado,
eso por tanto observar, a la sierra y al pantano.