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Como muchos de los foreros no podrán obtener una revista que se ha hecho para estas fiestas de feria, remito la historia que he escrito como todos los años, para que paséis un ratito entretenidos. La historia tengo que fraccionarla en cuatro partes que iré subiendo una por día, todo esto por no cansar al respetable y distinguido personal de este foro.
El Manantial del Algarrobo
1ª parte
Cuando era pequeño me contaba mi abuela materna que el padre de su suegra (o sea mi tercer abuelo), llamado Juan de Mata Franco Rodríguez, que procedía de una familia de un pueblo de Galicia y al parecer tenían un primo en la aldea de Galizuela situada en la falda de la sierra de Lares, le contó una historia de un gran tesoro que estaba enterrado en algún lugar dentro de las ruinas de la fortaleza Templaria que existe en lo más alto de esta sierra.
Amigos entrañables como son Herminia Costa y Rafael Adámez, sabedores de mis inquietudes en temas de ruinosos castillos y tesoros escondidos, se ofrecieron a llevarme un día a ver lo poco que queda de la fortaleza Templaria de Lares. Subimos por un estrecho camino, si camino puede llamarse a un mísero sendero que se convertía en una tortuosa senda, que a veces se perdía entre matorrales de zarzas, romero y esparragueras y que nos hacía necesariamente tener que subir o bajar en zigzagueante caminar, para sortear los obstáculos que encontrábamos en tan empinada subida.
Grandes farallones rocosos se veían por encima de nuestras cabezas dando la sensación de ser inalcanzables. Seguimos bordeando la cúspide de la sierra y por fin alcanzamos a ver el trozo de lienzo que aún se conserva, aunque en bastante estado ruinoso. Acceder a él fue bastante complicado y trabajoso, pues a cada paso la pendiente se hacía más empinada y por más el sendero había desaparecido por completo.
Por fin, a través de una brecha en el muro del sur, llegamos arriba cansados y sudorosos por el empuje a que nos vimos obligado. ¿Valió la pena el esfuerzo?, seguro que sí. Al norte se veía el impresionante castillo roquero de Puebla de Alcocer, al oeste una joya azul de aguamarina que da forma el grandísimo lago del embalse de La Serena, rodeado de una explosión de colores verdes y amarillos que cubría la campiña extremeña, y enfrente, algo más al sur en el incomparable marco que forman las ruinas de lo que seguramente fue la capilla de la fortaleza, se divisaba el majestuoso e incomparable cerro cónico del “Masatrigo”.
<<< No existen documentos que esclarezcan y acrediten nada sobre esta fortaleza, hay quienes atribuyen su construcción a los templarios, otros creen que su fundación es anterior y que fueron los árabes los que la construyeron para defender el reino de Badajoz en su frontera oriental, y que los templarios en época de reconquista sólo la ocuparon y puede que remodelaran ampliándola en parte. La fortaleza en cualquier caso, ocupa gran parte de la “Encumbrada de Lares”, en una extensión de unos 900x400 metros. Sobre esta fortaleza existe un dicho muy extendido que dice: “Lara, Lara, valen más los tesoros que escondes que toda España”. Este dicho ha hecho que se hayan buscado tesoros por toda la sierra y que aún hoy se ve a algunos aficionados con detectores de metales, de vez en cuando, buscando ese tesoro todavía no encontrado…>>> el comentario anterior entre las triples comillas es copiado de “Geocachig. com.
"continuará"
El Manantial del Algarrobo
1ª parte
Cuando era pequeño me contaba mi abuela materna que el padre de su suegra (o sea mi tercer abuelo), llamado Juan de Mata Franco Rodríguez, que procedía de una familia de un pueblo de Galicia y al parecer tenían un primo en la aldea de Galizuela situada en la falda de la sierra de Lares, le contó una historia de un gran tesoro que estaba enterrado en algún lugar dentro de las ruinas de la fortaleza Templaria que existe en lo más alto de esta sierra.
Amigos entrañables como son Herminia Costa y Rafael Adámez, sabedores de mis inquietudes en temas de ruinosos castillos y tesoros escondidos, se ofrecieron a llevarme un día a ver lo poco que queda de la fortaleza Templaria de Lares. Subimos por un estrecho camino, si camino puede llamarse a un mísero sendero que se convertía en una tortuosa senda, que a veces se perdía entre matorrales de zarzas, romero y esparragueras y que nos hacía necesariamente tener que subir o bajar en zigzagueante caminar, para sortear los obstáculos que encontrábamos en tan empinada subida.
Grandes farallones rocosos se veían por encima de nuestras cabezas dando la sensación de ser inalcanzables. Seguimos bordeando la cúspide de la sierra y por fin alcanzamos a ver el trozo de lienzo que aún se conserva, aunque en bastante estado ruinoso. Acceder a él fue bastante complicado y trabajoso, pues a cada paso la pendiente se hacía más empinada y por más el sendero había desaparecido por completo.
Por fin, a través de una brecha en el muro del sur, llegamos arriba cansados y sudorosos por el empuje a que nos vimos obligado. ¿Valió la pena el esfuerzo?, seguro que sí. Al norte se veía el impresionante castillo roquero de Puebla de Alcocer, al oeste una joya azul de aguamarina que da forma el grandísimo lago del embalse de La Serena, rodeado de una explosión de colores verdes y amarillos que cubría la campiña extremeña, y enfrente, algo más al sur en el incomparable marco que forman las ruinas de lo que seguramente fue la capilla de la fortaleza, se divisaba el majestuoso e incomparable cerro cónico del “Masatrigo”.
<<< No existen documentos que esclarezcan y acrediten nada sobre esta fortaleza, hay quienes atribuyen su construcción a los templarios, otros creen que su fundación es anterior y que fueron los árabes los que la construyeron para defender el reino de Badajoz en su frontera oriental, y que los templarios en época de reconquista sólo la ocuparon y puede que remodelaran ampliándola en parte. La fortaleza en cualquier caso, ocupa gran parte de la “Encumbrada de Lares”, en una extensión de unos 900x400 metros. Sobre esta fortaleza existe un dicho muy extendido que dice: “Lara, Lara, valen más los tesoros que escondes que toda España”. Este dicho ha hecho que se hayan buscado tesoros por toda la sierra y que aún hoy se ve a algunos aficionados con detectores de metales, de vez en cuando, buscando ese tesoro todavía no encontrado…>>> el comentario anterior entre las triples comillas es copiado de “Geocachig. com.
"continuará"
