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ORELLANA LA VIEJA: EL VERANO MÁS AZUL DE ORELLANA...

EL VERANO MÁS AZUL DE ORELLANA

Registró una media de unos 500 bañistas al día y los fines de semana aumentó un 60% sus visitantes El reconocimiento oficial de la calidad de sus aguas ha multiplicado las visitas al pantano

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La bandera azul concedida a la playa de Orellana la Vieja a principios del pasado mes de junio dio mucho que hablar. Prueba de ello es que fue noticia destacada en numerosos medios de comunicación, no sólo regionales sino también nacionales. Una repercusión mediática aparejada a su vertiente curiosa, ya que resultó especialmente llamativo que entre las 605 banderas azules otorgadas este año en todo el territorio nacional, una fuera a parar por primera vez a una playa de interior.
De esta forma, Orellana tuvo el honor de acoger la primera zona de baño de costa dulce de España, pero con distintivo de calidad. Un logro que no ha caído en saco roto.
Casi cuatro meses después, y una vez que oficialmente se ha cerrado la temporada de baños, el municipio orellanense hace balance. Y sin duda alguna, agradece el tirón que ha supuesto el que por encima de las aguas limpias de su pantano haya ondeado durante todo el verano una bandera azul.
Está claro que el pantano de Orellana era suficientemente conocido en la comarca y en la provincia pacense. Sin embargo, este distintivo ha servido de efecto multiplicador para que el número de visitantes haya crecido.
La crisis ha provocado que muchas familias extremeñas tuvieran que recortar este año gastos en vacaciones, y que mejor manera de combatir la añoranza de las playas onubenses o gaditanas que disfrutando de la mejor playa de costa dulce del país.
Eso es lo que pensarían muchos de los que participaron en las excursiones guiadas a Orellana la Vieja y que llenaron los aparcamientos de la zona de baño de autobuses, o los que decidieron plantarse con la familia a las orillas del embalse.
Autocares provenientes, sobre todo, de la provincia cacereña, aunque también llegaron de otros puntos del país como Córdoba, Sevilla o Madrid.
Todos con el objetivo de conocer las bondades de esta playa de costa dulce. Isidro Moya, primer teniente de alcalde orellanense, asegura que el incremento del número de visitantes lo han notado en la expedición de tickets de aparcamiento. Ese es el mejor sistema de control que ha tenido el Ayuntamiento. Se estima que durante los fines de semana se registró una media de unos 4.000 visitantes, sumando los del sábado y los del domingo, cuando en años anteriores esta cifra rondaba los 2.500. Es decir, se produjo un incremento de casi el 60%. Por su parte, a diario, el número de bañistas se reducía a los 500 aproximadamente.
En este sentido, Moya ha advertido un cambio en el perfil del visitante a la playa de Orellana que, sobre todo, ha venido atraído por la 'golosina' de la bandera azul: «Antes solía venir gente del pueblo, y de Don Benito, Villanueva de la Serena y alrededores. Sin embargo, este verano hemos notado que ha venido mucha gente de Cáceres, con autobuses enteros, de otros puntos de España, sobre todo de Andalucía, e incluso del extranjero». Entre estos últimos, destaca la presencia de bastantes ingleses, algún portugués e, incluso, una expedición que llegó procedente de Finlandia interesándose por las instalaciones de Orellana de cara a preparar en invierno a sus deportistas en varias disciplinas acuáticas.
El sector hostelero ha sido otro de los beneficiados de este incremento de visitantes, ya que los chiringuitos y kioskos situados en la zona de baño han estado este año a tope. Ismael abrió la cafetería-restaurante de la playa con un poco de retraso por las obras de reforma, sin embargo admite que desde el 27 de julio y hasta principios de septiembre ha sido un no parar: «Los fines de semana nos han dado mucha caña. Había muchas excursiones y se notaba la afluencia. Hemos atendido a todo tipo de visitantes, desde los que apostaban por el turismo de crisis, con su bocata y su cerveza, hasta los que querían raciones de buena calidad o los que preferían tirar de carta».
En la misma sintonía se muestra Bárbara Cerro, que dispone de un chiringuito en la playa. Lo tiene abierto desde hace cinco veranos y admite que quizás haya sido éste el que mayores beneficios le ha reportado: «La bandera azul se ha notado en la presencia de más gente. También ha acompañado el calor que ha hecho. Hemos visto caras nuevas y, además, hemos tenido un tipo de público diferente. Sobre todo, han venido muchas familias que, por la crisis, instalaban su toldo y tiraban de nevera». Precisamente, por la crisis, Bárbara no ha dudado en ajustar su carta y, por primera vez, han ofrecido menú, que ha tenido bastante éxito. En definitiva, el sector hostelero de la playa se muestra satisfecho con el efecto de la bandera, aunque lo estará más una vez que esté a pleno rendimiento tanto la hospedería como el camping que se encuentran situados a escasos metros del pantano.
En este caso, las obras de reforma de la hospedería ya han arrancado y se estima un plazo de ejecución de doce meses, por lo que si éste se cumple estaría operativa para el próximo verano. Por su parte, en unos días empezará la actuación del camping, que en unos cinco meses podría estar lista. Por tanto, con estos dos nuevos servicios a pie de playa, esta zona de baño multiplicará sus potencialidades. Reformas
Con motivo de la concesión de la bandera azul se acometieron diversas obras de reforma. Este año se ha contado con socorristas que vigilaban desde una nueva torre instalada en la playa, se han colocado duchas y se ha intensificado la limpieza y el mantenimiento. Precisamente, tanto los servicios municipales de limpieza como de la Junta tuvieron que estar alerta con los peces muertos que aparecieron durante unos días en la orilla debido al intenso calor, pero que fueron retirados con prontitud. Isidro Moya apunta que con el dinero que han recaudado con la venta de tickets tendrán para contratar el año que viene tanto a los socorristas como a más personal de limpieza, al tiempo que se espera seguir mejorando las infraestructuras de la zona de baño, como son los vestuarios o los aseos.
Y es que, visto el resultado de este año, Orellana quiere seguir luciendo su bandera azul: «No pensamos nunca que este símbolo pudiera tener tanta repercusión».
Lo cierto, es que este prestigioso distintivo, que tantos beneficios ha traído tanto al municipio orellanense como a Extremadura, es un ejemplo claro de colaboración entre administraciones, ya que en la adjudicación de la misma se implicaron el Gobierno Central, el Gobierno autonómico y el Gobierno local. Asimismo, tuvo también un papel vital la Diputación de Badajoz que, además de sufragar la parte proporcional del Ayuntamiento de Orellana, encauzó el proyecto a través del Plan de Dinamización Turística de Los Lagos, tras la propuesta inicial del Ceder La Serena.
En definitiva, todas las administraciones implicadas en un fin común, como es el de potenciar el turismo sostenible y de calidad. Ahora, lo deseable sería que el verano tan azul que ha vivido Orellana la Vieja, lo experimenten también otras poblaciones 'bañadas' con agua dulce. El camino ya está marcado.