Y como colofón final, el convento de San Benito, corazón espiritual de Orellana, en el que por varios siglos han vivido las monjas dominicas. Nuestro antepasados se acercaban allí a la Santa Misa, conversaban con ellas en el locutorio y tenían sus confidencias espirituales que daba alas a la vida del quehacer diario. Nuestros ascendientes sentían por ellas una verdadera devoción. El convento fue depósito de obras de artes, algunas se encuentran en la iglesia, otras en el convento de las dominicas de Trujillo.
Saludos. Cierro y me despido por hoy.
Demetrio
Saludos. Cierro y me despido por hoy.
Demetrio