Buenas tardes mis queridos amigos, paisanos y foreros, espero tengáis un buen día.
¿Será el calor...? ¿será el verano...? ¿será... el motivo de que poco a poco el foro esté en su momentos más bajos de lectura y de escritura? ¿Será... o no será? pues... eso. Permitidme...
Cuentos … y realidades.
Recuerdo, como si fuera en este mismo momento, el día en que mi jefe me dijo: Ya está bien de trabajar, Miguel, me jubilo.
Se me cayó el cielo en lo alto de la “chepa”. ¿Jubilarse, mi jefe?... ¡No puede ser! ¡Joder, pues no estamos a 28 de Diciembre! ¿Qué va a ser ahora de la empresa? ¡Nos echa a todos al paro! … estos pensamientos y otros muchos “bullían” en mi cabeza sin poder dar crédito a lo que me acababa de decir. Me quedó, sin habla, sin poder pronunciar una sola palabra. Terminé la jornada sin volver a abrir la boca. Serio… serio y disgustado, no puede ser ¡vaya putada!,.
Al día siguiente, al verme tan serio me dice: Miguel, hace tiempo que trabajamos juntos, los dos hemos tenido suerte de trabajar en el mismo equipo… pero todo llega … la edad… ya no soy los suficientemente productivo… y antes de que me echen … me voy. Son 65 años los que voy a cumplir, he estado por toda España… y mi familia y yo nos necesitamos para hacer todo aquello que antes no hemos podido realizar.
Me echa el brazo por encima.. Ja, ja, ja… se va el viejo gruñón… ja, jaja … el amigo … el jefe… ja, ja, ja. Voy a reuniros a todos para comunicaros, oficialmente, mi marcha. No quiero despedidas… no quiero veros llorar … ja, ja, ja… Se le notaba contento y esto me animó bastante. Nos echó el discurso… y para terminar una frase: Todos somos necesarios, nadie es imprescindible.
Bonita frase… bonita y muy apropiada para una despedida. Me fastidió en exceso ver como se iba despidiendo de todos, uno a uno sin inmutarse, sin mover un solo músculo… Nosotros emocionado y el …“cabrón” este … un bloque de hielo.
Nunca lo olvidaré. Desde entonces siempre que alguien se despide me repito: ¡Todos necesarios, nadie es imprescindible!
Saludos,
Miguel Marcos Gil “El Mariquillo”
¿Será el calor...? ¿será el verano...? ¿será... el motivo de que poco a poco el foro esté en su momentos más bajos de lectura y de escritura? ¿Será... o no será? pues... eso. Permitidme...
Cuentos … y realidades.
Recuerdo, como si fuera en este mismo momento, el día en que mi jefe me dijo: Ya está bien de trabajar, Miguel, me jubilo.
Se me cayó el cielo en lo alto de la “chepa”. ¿Jubilarse, mi jefe?... ¡No puede ser! ¡Joder, pues no estamos a 28 de Diciembre! ¿Qué va a ser ahora de la empresa? ¡Nos echa a todos al paro! … estos pensamientos y otros muchos “bullían” en mi cabeza sin poder dar crédito a lo que me acababa de decir. Me quedó, sin habla, sin poder pronunciar una sola palabra. Terminé la jornada sin volver a abrir la boca. Serio… serio y disgustado, no puede ser ¡vaya putada!,.
Al día siguiente, al verme tan serio me dice: Miguel, hace tiempo que trabajamos juntos, los dos hemos tenido suerte de trabajar en el mismo equipo… pero todo llega … la edad… ya no soy los suficientemente productivo… y antes de que me echen … me voy. Son 65 años los que voy a cumplir, he estado por toda España… y mi familia y yo nos necesitamos para hacer todo aquello que antes no hemos podido realizar.
Me echa el brazo por encima.. Ja, ja, ja… se va el viejo gruñón… ja, jaja … el amigo … el jefe… ja, ja, ja. Voy a reuniros a todos para comunicaros, oficialmente, mi marcha. No quiero despedidas… no quiero veros llorar … ja, ja, ja… Se le notaba contento y esto me animó bastante. Nos echó el discurso… y para terminar una frase: Todos somos necesarios, nadie es imprescindible.
Bonita frase… bonita y muy apropiada para una despedida. Me fastidió en exceso ver como se iba despidiendo de todos, uno a uno sin inmutarse, sin mover un solo músculo… Nosotros emocionado y el …“cabrón” este … un bloque de hielo.
Nunca lo olvidaré. Desde entonces siempre que alguien se despide me repito: ¡Todos necesarios, nadie es imprescindible!
Saludos,
Miguel Marcos Gil “El Mariquillo”