Sucedió en la decada de los 60 del siglo pasado. Un municipal que vivia en la calle Corredera llegó al bar de Ponciano y alguien conocido le invitó a tomar alguna cosa y lo rechazó por que tenia molestias en la garganta, más o menos con estas palabras... ES QUE TENGO EL PESCUEZO TAN JUMIO QUE NO PUEO NI GAÑÍ. No me digais que no fue claro y ocurrente.