Juana, lo que me he acordado de ti. La misa preciosa, ¡qué voces! ¡qué
música!
De verdad extraordinaria. A todos los que les hubiera gustado estar aquí, habría encantado. La
iglesia, abarrotá. Y la sangría buenísima. Mi hermana con otro
traje, lo mismo que siete mujeres más, muy guapas, han ofrecido los producto del
pueblo en la misa con sus
trajes regionales, algunas con
mantilla negra. Todo muy bien organizado. Siete sacerdotes y un diácono han concelabrado la misa mayor.
Esta
noche a las 22.30
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