De como, una história real, contada en su momento, al cabo de los años, vuelve a su protagonista convertida en leyenda urbana. Esta história ya la publiqué como cuento, pero ahora la resumo, y a sabiendas de que no lo creereis, os aseguro que sucedió así y que la protagonista fuí yo.
Yo tendría unos cuatro años y pasaba una temporada con mi abuela. Una tarde le pedí la merendilla y ella me dió un trozo de arrope sobre una rebanada de pan. Yo miré la "presa" chorreante de miel y extrañada pregunté: Agüela, ¿el arrope tiene ojos?. No- contestó. Yo volví a preguntar: Agüela, ¿el arrope tiene patas?. ¿qué va a tener patas el arrope?-se estaba poniendo nerviosa- Yo volví con las mismas. Agüela ¿el arrope tiene rabo?. Mi abuela deseperada, me quitó el pan de las manos. A ver, ¿qué le pasa al arrope?. Y al mirarlo con detenimiento, comprobó que lo que me habia dado era un pequeño ratón, que por descuido, habia caido en la orza del arrope.
Yo tendría unos cuatro años y pasaba una temporada con mi abuela. Una tarde le pedí la merendilla y ella me dió un trozo de arrope sobre una rebanada de pan. Yo miré la "presa" chorreante de miel y extrañada pregunté: Agüela, ¿el arrope tiene ojos?. No- contestó. Yo volví a preguntar: Agüela, ¿el arrope tiene patas?. ¿qué va a tener patas el arrope?-se estaba poniendo nerviosa- Yo volví con las mismas. Agüela ¿el arrope tiene rabo?. Mi abuela deseperada, me quitó el pan de las manos. A ver, ¿qué le pasa al arrope?. Y al mirarlo con detenimiento, comprobó que lo que me habia dado era un pequeño ratón, que por descuido, habia caido en la orza del arrope.
Jajaja. ¡Te pasan unas cosas, Hermi!