ENTRAR LA PAJA.
¿Álguien recuerda aquellos dias, duránte los meses de Junio y Julio?. Era rara la puerta en que no se amontonara la paja para luego ir entrándola, poco a poco en el pajar o el doblao. Cuándo venían los carros cargados, los chiquillos corrían tras ellos como si fueran carretas de un circo. El aire, cuando soplaba suavemente, ardiente y sofocante, levantaba briznas de paja, como hilos de oro, desprendidos de gigantescas madejas. Los hombres (y las mujeres) se afanaban en recogerla, hacíendo bultos con sábanas para poder transportarla hacia el pajar. En algunas casas, que tenian ventanas en el doblao, la paja se tiraba directamente desde el carro, con la "JORCA" o palas de madera. Mientras, los niños se revolcaban en los montones, esparcíendola por toda la calle. Los mayores les regañaban, pero ¿quien les iba a negar la satisfaccion?. La verdad, és que el polvillo que soltaba picaba como un demonio, pero un buen lavado con agua fresquita del pozo lo resolvia. Yo nací un 31 de Julio, en plena siesta, cu
¿Álguien recuerda aquellos dias, duránte los meses de Junio y Julio?. Era rara la puerta en que no se amontonara la paja para luego ir entrándola, poco a poco en el pajar o el doblao. Cuándo venían los carros cargados, los chiquillos corrían tras ellos como si fueran carretas de un circo. El aire, cuando soplaba suavemente, ardiente y sofocante, levantaba briznas de paja, como hilos de oro, desprendidos de gigantescas madejas. Los hombres (y las mujeres) se afanaban en recogerla, hacíendo bultos con sábanas para poder transportarla hacia el pajar. En algunas casas, que tenian ventanas en el doblao, la paja se tiraba directamente desde el carro, con la "JORCA" o palas de madera. Mientras, los niños se revolcaban en los montones, esparcíendola por toda la calle. Los mayores les regañaban, pero ¿quien les iba a negar la satisfaccion?. La verdad, és que el polvillo que soltaba picaba como un demonio, pero un buen lavado con agua fresquita del pozo lo resolvia. Yo nací un 31 de Julio, en plena siesta, cu