Ofertas de luz y gas

ORELLANA LA VIEJA: EL NOVIAZGO IV (La boda)....

EL NOVIAZGO IV (La boda).
Han pasado varios años y los novios desean ya contraer matrimonio “como lo manda la Santa Madre Iglesia” y comienzan los preparativos.
El primer escollo que han de salvar es sufrir un riguroso examen, por parte del Sr. Cura, donde demuestren sus conocimientos de la doctrina cristiana y acerca de los deberes y obligaciones como pareja. Una vez superado, durante tres domingos antes de la boda, se “leerán las Amonestaciones” en todas las Misas. Esto consistía en la manifestación pública de que tal pareja deseaban casarse y el celebrante terminaba con estas palabras: “Si alguno de los presentes conoce algún impedimento para la celebración de este matrimonio, debe manifestarlo BAJO PENA DE PECADO MORTAL”.
Una vez formalizados los trámites religiosos y civiles, en las casas de los novios se afanan haciendo dulces de todas clases: mantecados, roscas fritas, flores con miel, galletas…y un pariente de cada uno, generalmente femenino, reciben la orden de ir por todo el pueblo “avisando a la boda”. Por lo general no entran en lasa casa sino que, desde la puerta dicen: ” fulana, que el día tal se casan zutano y beltrana, que vayas a la boda”. Y si era un poco más allegada la familia avisada añadían las AVISAORAS –“ ¡Ah, y que vayas también a las confesiones ¡”.
Una semana antes, la novia ha sacado su ajuar, que con tanta ilusión ha bordado y recopilado durante tantos años y lo coloca primorosamente en la casa donde ha de vivir con su esposo invitando a las vecinas y amigas “ -A ver mi ajuar”.
El día de antes de la boda se celebra LA DESPEDIDA DE SOLTERO; el novio con sus amigos degustan una caldereta de borrego regada con abundante vino pitarrero; ella, más discreta, comparte con sus amigas unos dulces y refrescos.
Y llegó el día tan esperado. Muy de mañana la pareja, acompañada de un cortejo de amigos y parientes, se juntan en la iglesia para “ Las Confesiones” y una vez recibido este Sacramento, los hombres se encaminan a la casa del novio y las mujeres a la de la novia donde son agasajados con dulces y aguardiente.
Por la tarde se celebra LA BODA propiamente dicha y después de la ceremonia religiosa, pasan a la sacristía, donde ha acudido también un funcionario del Juzgado, a firmar todos documentos para confirmar la unión. Más tarde todos se dirigen a la casa del novio que se llena de gente totalmente. Los recién casados solían sentarse, con los padrinos, en una sala cerca de la puerta con una mesa delante. Los invitados se acomodan como pueden en “ el medio de casa”, el portal, el corral…Pronto empiezan a circular por todos lados las bandejas repletas de dulces, que la gente va cogiendo, y botellas de vino y licores. La fiesta dura hasta alguien dice “- ¡Vamos a cumplir ¡”. Y todos empiezan a desfilar ante los novios echando “La Manzana” (dinero) en una bandeja colocada ex profeso en la mesa, a la vez que les desea:-“ ¡Que sea para bien y para muchos años ¡”. Los padrinos, y algunos parientes, ponen especial cuidado y atención para recordar lo que ha echado cada uno (en aquellos tiempos no se usaban sobres) y después que todos se han ido y una vez hecho el recuento, se anotará en una libreta para “ devolverlo” en otras bodas. “ ¡Al fin y al cabo, son panes prestados ¡”, comenta alguien.

Aún no ha acabado todo; queda la cena que se celebra en casa del novio a la que asisten todos los parientes de ambos en señal de que la unión de las dos familias se ha consumado con este matrimonio.
De lo que pasaba en la “Noche de bodas” no voy a comentar nada. Cada uno que se imagine lo que sucedía y nos sugiere la antigua canción: “Esta noche a la novia- Esta noche a la novia- la toca decir: Acuéstate primero- acuéstate primero-acuéstate primero y apaga el caldil”.
A la mañana siguiente los novios vuelven a la iglesia para LAS VELACIONES, es la TORNABODA. Asisten a una Misa arrodillados en unos reclinatorios delante del altar. Se les cubre con el “Humeral” o paño de hombros (a ella por la cabeza y a él por los hombros) y se les coloca encima una “Estola” y que representa el yugo que los unirá, para bien y para mal, de por vida.