A Villagarcía: Tierra morena delicada y ardiente, como sacada de un lienzo de un pintor del XIX. Envuelta en el misterio de un ruinoso castillo solitario, besado por un rayo de luz, en días de luna llena, "castillo silencioso", recuerdos de otros tiempos en que se repitieron fielmente las suaves primaveras. ¿Cuántas veces fuiste testigo del pensar de tus hombres?. ¿A cuántas personas ateridas acogiste en tus muros? ¿contaste en tu nocturno recogimiento sus estrellas al cielo?. ¡Blancas, calcáreas ... (ver texto completo)