A mí particularmente, esta fiesta me parece la mejor que existe, sobre todo si soy uno de los danzantes del Santo. Si pudiera ser danzante todos los años, sin duda, lo sería, es de la manera que mejor me lo paso, pasando buenos momentos con los compañeros de risas y diversiones. Este año, por desgracia es el primero que no he podido estar en San Antón, y no dejaba de acordarme mientras estaba fuera.