ANA: Subida en lo alto la
montaña miraba la lejanía, a lo lejos vi a un corcel, montado por un jinete que entre
arboles se perdía. corría velozmente, no lo pude distinguí, lo que sí supe enseguida que venía hacia a ti. le habían hablado de tu dulce sonrisas y quiso comprobar de cerca tu cara graciosa y bonita.
Ana, la sonrisa es salud, es nobleza, sastifacción y bien estar, no las pierdas nunca que con ella te quiero abrazar. Y aunque no soy de tu sangre, como tal me considero, ya que cuando fui
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