Sería muy fácil sugerir que el uso tradicional que se viene dando a la tierra en Extremadura se conservase como parque temático vivo en el que no tendría que cambiarse nada. Pero eso no sería posible, ni práctico, ni deseable. Tienen que producirse cambios si se quiere que los extremeños que quedan no abandonen el campo para marcharse a las ciudades. No obstante, los cambios deben de ser de bajo nivel tecnológico y a pequeña escala.