Esa es la mayor incógnita en este pueblo de 967 habitantes situado a 44 kilómetros de Mérida. El pasado viernes, algunos vecinos comenzaron a notar un leve olor químico y ayer, saltaron todas las alarmas. El colegio Zurbarán, con un centenar de alumnos, tuvo que ser evacuado porque el gas provocaba picor de ojos e irritación de garganta a los niños y poco después, este molesto hedor conquistó toda la zona baja de la localidad. Los vecinos temen que sea una sustancia tóxica y exigen respuestas.
Habrá que llevar a la perrina, para que olfatee...