Emilio D. T., único acusado de la presunta estafa bancaria detectada en Puebla de Obando, en la oficina de Banesto, acudirá a declarar como imputado el próximo 20 de enero.
Lo hará, además, durante varios días seguidos, ya que el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Montijo ha decidido que lo haga por separado en cada una de las denuncias presentadas.
Van 16, pero el abogado Antonio Rubio cree que aún se presentará alguna más (otra abogada lleva más casos). Hay que recordar que ya han transcurrido 11 meses desde que la presunta estafa de préstamos fantasmas y otras operaciones irregulares fue detectada causando gran revuelo en la pequeña población.
Hasta la fecha, Banesto solo ha devuelto el dinero a dos de los afectados, una viuda a la que le desapareció el ingreso de su pensión de unos 500 euros y una señora que supuestamente había hecho una transferencia a su padre, que estaba muerto. En estos dos casos donde las irregularidades se han demostrado evidentes no ha habido problemas, pero el resto de las denuncias han llegado al juzgado sin acuerdo previo. Casos como dos transferencias de 4.000 euros cada una con 15 segundos de diferencia o la concesión de dos préstamos en un mismo mes.
Emilio D. T está imputado, pero no detenido. Ha perdido su condición de persona de gran confianza en Puebla de Obando, «el municipio que tenía más tarjetas Visa Oro concedidas», según el abogado, síntoma claro en su opinión de los movimientos irregulares que hacía el acusado para desviar dinero a su favor. «También aumentaba la nómina que cobraban los clientes para no despertar sospechas a sus jefes», afirma Rubio.
El letrado cacereño lamenta las pocas facilidades que está dando la entidad financiera para aclarar lo sucedido con el dinero de los vecinos, una estafa que puede rondar entre los 500.000 y 600.000 euros según sus propios cálculos. «Banesto solo ha entregado la mitad de la documentación».
Lo hará, además, durante varios días seguidos, ya que el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Montijo ha decidido que lo haga por separado en cada una de las denuncias presentadas.
Van 16, pero el abogado Antonio Rubio cree que aún se presentará alguna más (otra abogada lleva más casos). Hay que recordar que ya han transcurrido 11 meses desde que la presunta estafa de préstamos fantasmas y otras operaciones irregulares fue detectada causando gran revuelo en la pequeña población.
Hasta la fecha, Banesto solo ha devuelto el dinero a dos de los afectados, una viuda a la que le desapareció el ingreso de su pensión de unos 500 euros y una señora que supuestamente había hecho una transferencia a su padre, que estaba muerto. En estos dos casos donde las irregularidades se han demostrado evidentes no ha habido problemas, pero el resto de las denuncias han llegado al juzgado sin acuerdo previo. Casos como dos transferencias de 4.000 euros cada una con 15 segundos de diferencia o la concesión de dos préstamos en un mismo mes.
Emilio D. T está imputado, pero no detenido. Ha perdido su condición de persona de gran confianza en Puebla de Obando, «el municipio que tenía más tarjetas Visa Oro concedidas», según el abogado, síntoma claro en su opinión de los movimientos irregulares que hacía el acusado para desviar dinero a su favor. «También aumentaba la nómina que cobraban los clientes para no despertar sospechas a sus jefes», afirma Rubio.
El letrado cacereño lamenta las pocas facilidades que está dando la entidad financiera para aclarar lo sucedido con el dinero de los vecinos, una estafa que puede rondar entre los 500.000 y 600.000 euros según sus propios cálculos. «Banesto solo ha entregado la mitad de la documentación».