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PUEBLA DE OBANDO: El imputado por la estafa de Puebla de Obando declarará...

El imputado por la estafa de Puebla de Obando declarará dos años después
Comparecerá ante el juzgado el 26 de abril para responder de los 500.000 euros que echaron en falta 30 denunciantes

A falta de las calificaciones finales, se le acusa de la comisión de tres delitos
El caso saltó en otoño de 2009 en Puebla de Obando, a 33 kilómetros de Montijo, y su tramitación judicial ha sido tan lenta que hasta el 26 de abril el juzgado no tomará declaración al único imputado por una presunta estafa bancaria de entre 500.000 y 600.000 euros. Afecta a buena parte de los clientes que Banesto tenía en la localidad. Algunos de los que presentaron denuncia -son una treintena en la actualidad- han muerto en este intervalo y sus herederos tienen que cargar con la pesada carga de préstamos fantasmas pero que el banco les demanda que devuelvan mientras el juez no diga lo contrario, bajo la amenaza de embargos de bienes.
Emilio de T. S. era el director y el único empleado de la oficina de Banesto en Puebla de Obando. La mayoría de sus clientes, gente mayor y con escasos estudios. Está pendiente de ser juzgado por varios delitos, que, a falta de calificación por parte de Fiscalía y de los abogados de los afectados, serán los de estafa, apropiación indebida y falsificación de documentación mercantil.
Entre sus 'gestiones' está que una persona firmase siete préstamos cuando ganaba 500 euros al mes; o que un hombre con una pensión de 150 euros se le adjudicaran cinco tarjetas Visa Oro. También la de un traspaso de 10.000 euros desde la cuenta de un difunto. La desaparición del dinero de las pensiones en cuentas de los beneficiarios son otras evidentes irregularidades. Abundan las firmas falsificadas, subrayan los clientes.
En otoño de 2009 se empezaron a vislumbrar los problemas y se llevaron las primeras denuncias al juzgado de instrucción número 2 de Montijo, pero entre la complejidad del caso (se requieren pruebas periciales), el número elevado de afectados (se habló al inicio de 60, aunque solo 30 han denunciado) y la lentitud del juzgado, con cambios incluidos de jueces, el proceso se ha ralentizado al máximo.
Si no hay cambios, el 26 de abril, Emilio d. T. S. declarará como imputado, de momento, el único.
Pero antes del juicio que deberá afrontar por su gestión en la oficina de Puebla de Obando, el año pasado se dilucidó otro en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. En él se juzgaba si Banesto podía o no echarle del trabajo con un despido disciplinario. El acusado aseguraba que no pero la sala confirmó el despido.
En la sentencia se afirmó como hechos probados que concedió 94 préstamos-consumo a 36 clientes por 1.658 euros sin disponer de la perceptiva documentación o aportando datos no reales; que había manipulado las cuentas de 25 clientes por un importe de 137.951 euros; y que había dispuesto indebidamente de 10.000 euros de la cuenta corriente de un cliente.
Banesto le despidió el 29 de enero de 2010, cuando llevaba casi dos meses de baja y un cuatrimestre después de que estallara el escándalo. Emilio de T. S., trabajaba en Banesto desde 1974 con una retribución última de 2.476 euros.