Este
monumento en las décadas de los 50 y 60 yo tenía entonces entre diez y doce años, el
barrio donde nací fué en la
calle el coso, y este lugar lo frecuentaba a diario, lo que era la parte de la
iglesia, en su interior era entonces un
palomar, perteneciente al Sr. Natalio
Corrales, a veces me encomendaba darles de
comer a las
palomas. Aparte de esa actividad, nos reuníamos varios chavales de la calle y jugábamos en el lejio por encima de las esterqueras que habian en dicho lugar, cuando acudíamos
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