El topónimo con que la localidad aparece señalado históricamente hasta mediados de la centuria pasada, está relacionado directamente con su alfarería, es Salvatierra de los Jarros, y no de los Barros, siendo por tanto relativamente reciente esta última denominación. La característica que mejor singulariza el lugar es su cualidad como destacadísimo centro alfarero de renombre secular, actividad hoy en regresión, pero de la que hace sólo unas décadas existían en funcionamiento más de medio centenar de talleres, haciendo de Salvatierra el centro de esta especialidad más significado de
Extremadura, y aun de
España. Hasta época muy reciente, la existencia de la localidad se encontraba presidida en todos los aspectos por la dedicación a su ancestral
artesanía. En sus alrededores proliferan los barreros, o lugares de los que se extrae la característica arcilla roja, que es llevada hasta el alfar donde se somete a un proceso de transformación hasta quedar dividido en las conocidas pellas o pellotes que se emplean para confeccionar las piezas en la rueda del torno. En su modelo tradicional, el torno alfarero consiste en una máquina de madera compuesta por un punto de sujeción al suelo y una rueda inferior, que es la que voltea el artesano con el pie, unida ésta a otra rueda superior que es donde con las manos mojadas en
agua, el alfarero manipula el barro para darle forma. Los objetos más representativos de la alfarería tradicional de Salvatierra eran las tinajas, cántaros, botijos, barriles, jarros, chingues, micos, lebrillos, platos, etc. La distribución de esta artesanía corría a cargo de los populares arrieros o botijeros, que con su frágil mercancía cargada entre paja sobre los característicos borricos, recorrían España y otros países, llevando hasta los últimos
rincones del mundo los cacharros de Salvatierra, y con ellos, el nombre de esta localidad extremeña. Una nueva artesanía que va tomando fuerza es la del corcho y las pieles, ambas localizables en talleres de la
carretera de Zafra. Son también importantes las
fábricas de salazón de Jamón, existiendo varias en la población.
A la caída del Antiguo Régimen Salvatierra se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 quedó integrado en el Partido judicial de
Jerez de los Caballeros. En el censo de 1842 contaba con 593 hogares y 2060 vecinos