La revelación de Dios como ser único se representa en las prácticas de un determinado
pueblo que está dotado de una peculiar idiosincrasia y de una religión que era llamada ha ser conocida por todos los
pueblos de la Tierra. Dios puede constituirse en el corazón y en el centro de las religiones, porque no está presentado como un culto, ni como una re-velación, sino como el acontecimiento del encuen-tro directo con un pueblo que inaugura la
historia de un Dios que se halla unido con los judíos para
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