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SAN PEDRO DE MERIDA: La conciencia es la voz del alma; las pasiones son...

El que no da un oficio a su hijo, lo enseña a ser ladrón.

La independencia, igual que el honor, es una isla rocosa sin playas.

La paz entra en las casas con la justicia

El hombre, desde que nace hasta que muere, es una máquina de romper juguetes.

No son las locomotoras, sino las ideas, las que llevan y arrastran al mundo.

El conocimiento lleva a la unidad, como la ignorancia a la diversidad.

El saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan.

Cien años de injusticia no hacen derecho.

Donde no hay justicia es peligroso tener razón.

Justicia es el hábito de dar a cada quien lo suyo.

Cada generación se revuelve contra sus padres y se aproxima a sus abuelos.

Si lloras por haber perdido el sol, las lagrimas te impedirán ver las
estrellas.

La libertad es como la vida,
sólo la merece quien sabe
conquistarla todos los días.

Los libros son como los amigos,
no siempre es el mejor
el que más nos gusta.

No ha habido hombre de genio
extraordinario sin
mezcla de locura.

Loco es el hombre que
ha perdido todo menos la razón.

Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía.

El pudor tiene la desventaja de que habitúa a mentir.

Para quien tiene miedo, todo son ruidos.

La conciencia es la voz del alma; las pasiones son la voz del cuerpo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Quien le enseña al hombre a morir, le enseña a vivir.