Las almas superiores no tienen miedo más que de una cosa: de cometer una injusticia.
No hay dolor que el sueño no pueda vencer.
La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama.
Tenemos dos fuerzas que nos ayudan a vivir: el olvido y la esperanza.
Vicente Blasco Ibáñez
Vicente Blasco Ibáñez
Se dan buenos consejos cuando la edad impide dar malos ejemplos.
Excelsior
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