Granada verdosa de raza airosa
¡EL LLANTO DE LA NIEBLA!
NIEBLA
Entrevelo el ansia de ver la belleza del aire entre la niebla
para que evada el efluvio que flota entre la frondosa vida,
no veo en la distancia por tus velos de niebla perseguida
entre el encanto del campo en las mañanas presumidas.
BRUMA
Cierra la bruma la puerta lejana de los ojos ciegos de alba
obligando al sentido inquirir la senda que pisa mi calzado,
sintiendo el llanto vacio que moja mi conciencia humana
entre las nubes bajas que relamen la hierba y el ganado
CALINA
Es corta esa visión que viste el encanto de no ver la vida
cuando entra en el cuerpo la figura de tenerla en mano,
niebla y ceguera hay siempre entre la senda real de ser
para ver ese horizonte que la vida se deja en el camino.
CELAJE
Llora la niebla arrimada al suelo de verde mojado de luz
con la textura nacarada de los nimbos bajos de rarezas,
que nutre y baña la vida que se sumerge entre el albor
con la esperanza de dejarme ver el cielo y las estrellas.
LLORAR
Rocías la hierba y el manto de vida sin importarte nada
acumulas la sabia razón de rozar la tierra que te quiere,
mientras el hombre contempla ese manto de blancura
en la paz de luz de esa niebla que lloraba por quererte.
GEMIR
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
26 de enero del 2012
NIEBLA
Entrevelo el ansia de ver la belleza del aire entre la niebla
para que evada el efluvio que flota entre la frondosa vida,
no veo en la distancia por tus velos de niebla perseguida
entre el encanto del campo en las mañanas presumidas.
BRUMA
Cierra la bruma la puerta lejana de los ojos ciegos de alba
obligando al sentido inquirir la senda que pisa mi calzado,
sintiendo el llanto vacio que moja mi conciencia humana
entre las nubes bajas que relamen la hierba y el ganado
CALINA
Es corta esa visión que viste el encanto de no ver la vida
cuando entra en el cuerpo la figura de tenerla en mano,
niebla y ceguera hay siempre entre la senda real de ser
para ver ese horizonte que la vida se deja en el camino.
CELAJE
Llora la niebla arrimada al suelo de verde mojado de luz
con la textura nacarada de los nimbos bajos de rarezas,
que nutre y baña la vida que se sumerge entre el albor
con la esperanza de dejarme ver el cielo y las estrellas.
LLORAR
Rocías la hierba y el manto de vida sin importarte nada
acumulas la sabia razón de rozar la tierra que te quiere,
mientras el hombre contempla ese manto de blancura
en la paz de luz de esa niebla que lloraba por quererte.
GEMIR
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
26 de enero del 2012