Gracias amigo Críspulo, por tus palabras; Ya quisiera parecerme a ti, eros un todo terreno, muy lindo esos trabajos en piéles. Te dejo estas letrillas. Un abrazo.
ENVIDIANDO AL ESCRITOR
¡Qué le digo yo al teclado!
Que no me sabe escribir,
Un poema que sea hermoso,
Que yo pueda presumir.
Siendo las teclas iguales;
Estas no saben hacer,
Versos como los que hacía;
Aquel Chaval que se fue.
De nombre, Miguel Hernández;
Qué bien supo retratar,
Las cosas que les pasaban,
A la gente del lugar.
Me voy fijando en sus letras,
Quiero recordar poesías,
Y en seguida me doy cuenta,
Que tiro, por otra vía.
Quiero recordar la vida,
Y aquellas gentes de antaño.
Retratarlas y ponerlas;
Y me llevo un desengaño.
No me salen las palabras,
Que las puedas retratar.
Y peleo conmigo mismo;
No lo puedo remediar.
De los que iban descalzos,
Sin calzados que poner
Y sin nada que llevar;
A un puchero sin hacer.
Porqué no sabré narrar,
Esas cosillas de antaño.
Esos hombres y mujeres,
Que a nadie le hicieron daño.
Con una mísera vida;
Y sin trabajos que hacer.
Y sin un chusco de pan,
¡Solo! agua para beber.
Me rebelo yo mil veces;
Antes esta situación.
Mientras unos no tenían,
A otros les sobraba todo.
Que míseras y puñeteras;
La vida tuvo que ser.
Sentaditos en la plaza,
Esperando, ¡no se a quien!
Esos hombres y mujeres,
En los inviernos, arrancando;
Las jaras, bien agarradas,
Y de herramientas, sus manos.
Y los inviernos, tan crudos;
Con aceitunas heladas,
Por caminos embarraos,
Y por trochas atascadas.
Esos veranos dorados;
Con las espaldas al sol.
Apañando las higueras,
Y segando con la hoz.
Envidio de envidia sana;
Aquel que supo narrar,
Estas cosas de la gente,
Que lo pasaron tan mal.
A. E. I.
ENVIDIANDO AL ESCRITOR
¡Qué le digo yo al teclado!
Que no me sabe escribir,
Un poema que sea hermoso,
Que yo pueda presumir.
Siendo las teclas iguales;
Estas no saben hacer,
Versos como los que hacía;
Aquel Chaval que se fue.
De nombre, Miguel Hernández;
Qué bien supo retratar,
Las cosas que les pasaban,
A la gente del lugar.
Me voy fijando en sus letras,
Quiero recordar poesías,
Y en seguida me doy cuenta,
Que tiro, por otra vía.
Quiero recordar la vida,
Y aquellas gentes de antaño.
Retratarlas y ponerlas;
Y me llevo un desengaño.
No me salen las palabras,
Que las puedas retratar.
Y peleo conmigo mismo;
No lo puedo remediar.
De los que iban descalzos,
Sin calzados que poner
Y sin nada que llevar;
A un puchero sin hacer.
Porqué no sabré narrar,
Esas cosillas de antaño.
Esos hombres y mujeres,
Que a nadie le hicieron daño.
Con una mísera vida;
Y sin trabajos que hacer.
Y sin un chusco de pan,
¡Solo! agua para beber.
Me rebelo yo mil veces;
Antes esta situación.
Mientras unos no tenían,
A otros les sobraba todo.
Que míseras y puñeteras;
La vida tuvo que ser.
Sentaditos en la plaza,
Esperando, ¡no se a quien!
Esos hombres y mujeres,
En los inviernos, arrancando;
Las jaras, bien agarradas,
Y de herramientas, sus manos.
Y los inviernos, tan crudos;
Con aceitunas heladas,
Por caminos embarraos,
Y por trochas atascadas.
Esos veranos dorados;
Con las espaldas al sol.
Apañando las higueras,
Y segando con la hoz.
Envidio de envidia sana;
Aquel que supo narrar,
Estas cosas de la gente,
Que lo pasaron tan mal.
A. E. I.
Gracias amigo Antonio es un placer leerte
Saludos de Críspulo
Saludos de Críspulo