“La vejez”
Es una de las etapas de la vida a la que no todos tenemos la suerte de alcanzar, la que pensamos casi siempre que jamás nos iba a llegar, y la verdad que a nadie nos gusta llegar a mayores, más que nada por no tener que vernos gobernados y dirigidos por nuestros sucesores, acostumbrados a ser el patrón de la nave a pilotar y campar a nuestras anchas, (cosa que muchos de nosotros no queremos reconocer) pero es un paso que no podemos eludir por mucho que quisiéramos intentarlo ¡pero como que no nos dice mucha cosa! ¿A que sí? y yo me pregunto ¿El por que el temor de las gentes a la edad? El ser mayor no es ser viejo depende de las ganas de vivir que cada uno deseemos; es sabiduría, experiencia, conocimientos, razonamiento, sensatez, templanza y serenidad para salir hacia adelante de las dificultades; de ser abuelos, son los nietos (aun que dice el refrán que los niños de pequeños dan ganas de comérselos y después de mayores dan pena de no habérselos comido) al menos para mi, ha sido uno de los cinco maravillosos periodos en los que yo divido nuestra existencia en este nuestro planeta tierra, al que llegamos un día con pasaporte de paso, y con etiqueta de caducidad como todo ser vivientes, y demás productos de la tierra.
Sí, cinco son los periodos a contemplar y a cual más dignos y hermosos de recordar, pera todos nosotros los que ya peinamos canas por la edad, cuando volvemos la mirada hacia a tras, tenemos que hacer un pequeño esfuerzo para recordar nuestro ya largo recorrido y nuestras experiencias por la vida, la cual recordamos con nostalgia como es natural; pero jamás debemos renegar del pasado, ni tirar la toalla como se suele decir en términos fujilísticos. Sí, como digo son cinco periodos hermosísimos por los que tenemos que pasar siempre que el todo poderoso tenga a bien concedernos ese privilegio, como es la madurez (y no vejez) como la solemos denominar.
Empezamos por la niñez; todo es alegría, candidez e ilusión y ganas de descubrir cosas, de vivir y jugar mucho a todas horas con nuestros amigos, tanto que raro era el día que nuestros mayores no tenían que salir en nuestra búsqueda (si es que antes no habíamos acudido con alguna herida a consecuencia de las travesuras cometidas) para llevarnos al redil, recibíamos el cariño de familiares y amigos, agasajos, regalos y todo cuanto nuestros padres se podían permitir según los tiempos y la economía de cada cual, o sea, lo que se dice una vida plácida y sin complicaciones, esto hasta los diez u once años.
A partir de esta edad ya cambia la cosa un poco, ya empezábamos a preocuparnos del vestir, que no nos cortaran el pelo demasiado para llevar la rayita bien marcada, gallear entre nosotros para llamar la atención de las chicas…. en fin, y hacer todos los castillos en el aire e ilusiones con las que acuden a nuestra mente durante esa edad tan complicada, la adolescencia, vestir de hombre con tu pantalón largo y sobre todo, cumplir pronto los catorce años para proveerte del D. N. I. y así no puedan ponerte pegas para la entrada en los bailes y demás espectáculos públicos. Ahora no tienen ese problema, por que cuando te trae la cigüeña de París, ya viene incluido entre el envoltorio dicho documento, por lo tanto creo que es otra de las etapas hermosa de nuestra época, eso hasta los veinte años que te encontrabas a las puertas del Servicio Militar, el cual llevabas tiempo anhelando para terminar de sentirte hombre, que, ¿no es este otro periodo maravilloso?
Ahora nos aproximamos a la etapa quizás más complicada y preocupante puesto que ya empezábamos a depender de nosotros mismo para tratar de independizarnos, cosa que ahora no ocurre, ahora no sales del domicilio paterno hasta tener el piso pagado y un potente vehículo para disfrutar, mientras papá y mamá, les solventan todos los gastos (todo esto según mi parecer, otros pensarán de otra manera) a partir de este periodo empieza a cambiar total mente todo. Hasta aquí parecía que el tiempo se había detenido, ahora todo pasa más deprisa, nos licenciamos y a la vuelta de la esquina tenemos nuestro enlace matrimonial (la boda) y acto seguido nos llega la hermosa noticia que estábamos esperando desde el primer momento, la de ser padres, (cosa que tampoco ocurre ahora) ahora no se encargan los niños, ahora les gusta vivir la vida sin preocupaciones, y cuando ven que se les va pasando el arroz, dicen (bueno, vamos a buscar uno a China) los niños vienen para llenar nuestra casa de alegría y felicidad (y también algún susto) al tiempo que nos hacen sentirnos útiles a la sociedad, y sentirnos orgullosos mientras les vemos crecer, deseando todo lo mejor para ellos como todo padre que se precie.
El tiempo sigue pasando mucho más rápido de lo que hubiésemos deseado, y sin apenas darnos cuenta, nuestros hijos se hacen mayores, se casan, se independizan, y poco a poco nos van encaminando hacia la cuarta etapa de la vida que es la de ser abuelo; sí, abuelo ¿No te suena bien esa frase? Es una frase maravillosa, para entenderla hay que vivirlo. Dicen que los nietos vienes a este mundo (aparte de para continuar la especie humana), para nuestro disfrute con su presencia, educar a los abuelos y enseñarnos con su candidez y cariño, a ser transigentes y amables hacia los demás. Con los nietos sin apenas dardos cuenta, nos vamos encaminando poco a poco hacia la quinta y ultima fase de nuestra carrera por la vida; empiezan hacerse mayores y ahora sí, ahora recibimos uno de los títulos más añorados y difícil de alcanzar, ya que todos no tenemos ese privilegio, el de ser BISABUELO. ¿A que suena bien la frase? Al menos a mí me gusta, es una palabra maravillosa; pues esa es la frase que yo estoy esperando ya, mi quinta etapa de la vida, para terminar mi ciclo en la misma. Para mí, que todo aquel que por circunstancias (o por que así lo han querido) no han tenido hijos nietos y bisnietos…. no saben lo mucho que se han perdido.
Y después de todo lo anterior mente expuesto, según mi forma de ver el pasado (la madurez y no la vejez como la solemos denominar) ¡en cuanto a mi se refiere! y creo que a todos los demás humanos. He sido niño, adolescente, casado, padre, abuelo y para rematar el ciclo de la vida, algo que no todos tenemos la suerte de disfrutar, (y sobre todo en los tiempos que corremos que las gentes no quieren saber nada de la procreación) “BISABUELO” ¿Que más le puedo pedir a la vida? Pues sí, algo más y muy importante me queda que solicitarle; que Dios el todo poderoso me conceda la salud suficiente, para poder terminar mis días en unión y rodeado de todos los míos a los que adoro, y por los que daría mi propia vida en caso de necesitarlo. Hazlo Señor, tú que todo lo puedes.- GRACIAS.
Santander, sábado 9 de octubre 2009.-
El Abuelo.
Es una de las etapas de la vida a la que no todos tenemos la suerte de alcanzar, la que pensamos casi siempre que jamás nos iba a llegar, y la verdad que a nadie nos gusta llegar a mayores, más que nada por no tener que vernos gobernados y dirigidos por nuestros sucesores, acostumbrados a ser el patrón de la nave a pilotar y campar a nuestras anchas, (cosa que muchos de nosotros no queremos reconocer) pero es un paso que no podemos eludir por mucho que quisiéramos intentarlo ¡pero como que no nos dice mucha cosa! ¿A que sí? y yo me pregunto ¿El por que el temor de las gentes a la edad? El ser mayor no es ser viejo depende de las ganas de vivir que cada uno deseemos; es sabiduría, experiencia, conocimientos, razonamiento, sensatez, templanza y serenidad para salir hacia adelante de las dificultades; de ser abuelos, son los nietos (aun que dice el refrán que los niños de pequeños dan ganas de comérselos y después de mayores dan pena de no habérselos comido) al menos para mi, ha sido uno de los cinco maravillosos periodos en los que yo divido nuestra existencia en este nuestro planeta tierra, al que llegamos un día con pasaporte de paso, y con etiqueta de caducidad como todo ser vivientes, y demás productos de la tierra.
Sí, cinco son los periodos a contemplar y a cual más dignos y hermosos de recordar, pera todos nosotros los que ya peinamos canas por la edad, cuando volvemos la mirada hacia a tras, tenemos que hacer un pequeño esfuerzo para recordar nuestro ya largo recorrido y nuestras experiencias por la vida, la cual recordamos con nostalgia como es natural; pero jamás debemos renegar del pasado, ni tirar la toalla como se suele decir en términos fujilísticos. Sí, como digo son cinco periodos hermosísimos por los que tenemos que pasar siempre que el todo poderoso tenga a bien concedernos ese privilegio, como es la madurez (y no vejez) como la solemos denominar.
Empezamos por la niñez; todo es alegría, candidez e ilusión y ganas de descubrir cosas, de vivir y jugar mucho a todas horas con nuestros amigos, tanto que raro era el día que nuestros mayores no tenían que salir en nuestra búsqueda (si es que antes no habíamos acudido con alguna herida a consecuencia de las travesuras cometidas) para llevarnos al redil, recibíamos el cariño de familiares y amigos, agasajos, regalos y todo cuanto nuestros padres se podían permitir según los tiempos y la economía de cada cual, o sea, lo que se dice una vida plácida y sin complicaciones, esto hasta los diez u once años.
A partir de esta edad ya cambia la cosa un poco, ya empezábamos a preocuparnos del vestir, que no nos cortaran el pelo demasiado para llevar la rayita bien marcada, gallear entre nosotros para llamar la atención de las chicas…. en fin, y hacer todos los castillos en el aire e ilusiones con las que acuden a nuestra mente durante esa edad tan complicada, la adolescencia, vestir de hombre con tu pantalón largo y sobre todo, cumplir pronto los catorce años para proveerte del D. N. I. y así no puedan ponerte pegas para la entrada en los bailes y demás espectáculos públicos. Ahora no tienen ese problema, por que cuando te trae la cigüeña de París, ya viene incluido entre el envoltorio dicho documento, por lo tanto creo que es otra de las etapas hermosa de nuestra época, eso hasta los veinte años que te encontrabas a las puertas del Servicio Militar, el cual llevabas tiempo anhelando para terminar de sentirte hombre, que, ¿no es este otro periodo maravilloso?
Ahora nos aproximamos a la etapa quizás más complicada y preocupante puesto que ya empezábamos a depender de nosotros mismo para tratar de independizarnos, cosa que ahora no ocurre, ahora no sales del domicilio paterno hasta tener el piso pagado y un potente vehículo para disfrutar, mientras papá y mamá, les solventan todos los gastos (todo esto según mi parecer, otros pensarán de otra manera) a partir de este periodo empieza a cambiar total mente todo. Hasta aquí parecía que el tiempo se había detenido, ahora todo pasa más deprisa, nos licenciamos y a la vuelta de la esquina tenemos nuestro enlace matrimonial (la boda) y acto seguido nos llega la hermosa noticia que estábamos esperando desde el primer momento, la de ser padres, (cosa que tampoco ocurre ahora) ahora no se encargan los niños, ahora les gusta vivir la vida sin preocupaciones, y cuando ven que se les va pasando el arroz, dicen (bueno, vamos a buscar uno a China) los niños vienen para llenar nuestra casa de alegría y felicidad (y también algún susto) al tiempo que nos hacen sentirnos útiles a la sociedad, y sentirnos orgullosos mientras les vemos crecer, deseando todo lo mejor para ellos como todo padre que se precie.
El tiempo sigue pasando mucho más rápido de lo que hubiésemos deseado, y sin apenas darnos cuenta, nuestros hijos se hacen mayores, se casan, se independizan, y poco a poco nos van encaminando hacia la cuarta etapa de la vida que es la de ser abuelo; sí, abuelo ¿No te suena bien esa frase? Es una frase maravillosa, para entenderla hay que vivirlo. Dicen que los nietos vienes a este mundo (aparte de para continuar la especie humana), para nuestro disfrute con su presencia, educar a los abuelos y enseñarnos con su candidez y cariño, a ser transigentes y amables hacia los demás. Con los nietos sin apenas dardos cuenta, nos vamos encaminando poco a poco hacia la quinta y ultima fase de nuestra carrera por la vida; empiezan hacerse mayores y ahora sí, ahora recibimos uno de los títulos más añorados y difícil de alcanzar, ya que todos no tenemos ese privilegio, el de ser BISABUELO. ¿A que suena bien la frase? Al menos a mí me gusta, es una palabra maravillosa; pues esa es la frase que yo estoy esperando ya, mi quinta etapa de la vida, para terminar mi ciclo en la misma. Para mí, que todo aquel que por circunstancias (o por que así lo han querido) no han tenido hijos nietos y bisnietos…. no saben lo mucho que se han perdido.
Y después de todo lo anterior mente expuesto, según mi forma de ver el pasado (la madurez y no la vejez como la solemos denominar) ¡en cuanto a mi se refiere! y creo que a todos los demás humanos. He sido niño, adolescente, casado, padre, abuelo y para rematar el ciclo de la vida, algo que no todos tenemos la suerte de disfrutar, (y sobre todo en los tiempos que corremos que las gentes no quieren saber nada de la procreación) “BISABUELO” ¿Que más le puedo pedir a la vida? Pues sí, algo más y muy importante me queda que solicitarle; que Dios el todo poderoso me conceda la salud suficiente, para poder terminar mis días en unión y rodeado de todos los míos a los que adoro, y por los que daría mi propia vida en caso de necesitarlo. Hazlo Señor, tú que todo lo puedes.- GRACIAS.
Santander, sábado 9 de octubre 2009.-
El Abuelo.
hola claudio, ya veo que cuando tardas en escribir, te lo estas currando bien, yo entro varias veces pero nadie dice nada,
son bonitos tus escritos y ademas se asemejan a la realidad de la vida que vivimos,
los problemas ha veces agobian un poco al igual que las injusticia y todo lo demas, pero es asi y asi nos toca aceptarlo
un saludo desde madrid
son bonitos tus escritos y ademas se asemejan a la realidad de la vida que vivimos,
los problemas ha veces agobian un poco al igual que las injusticia y todo lo demas, pero es asi y asi nos toca aceptarlo
un saludo desde madrid