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SAN VICENTE DE ALCANTARA: ¡A ELLa!...

¡A ELLa!

En un trocito de España y una hermosa ciudad
fuiste a vivir un día debido a mi profesión
donde luchaste sin tregua para intentar mejorar
comenzaros tus calvarios sin motivos ni razón
tu supiste soportar tanta maldad y traición.

El año sesenta y cinco llegaste a esa ciudad
muy contenta con el cambio, lo vistes fenomenal
llenándote de ilusiones y sin dejar de soñar
con castillos en el aire hacia tus hijos y demás
y el año sesenta y nueve tú vida empezó a girar.

Como te cambió la vida de la noche a la mañana,
por unas gentes sin alma y con ideas criminales,
convirtiendo nuestras casas en duelos y funerales
. y tú sufriendo mujer, temiendo cada momento
tener que seguir pasando la amargura del silencio

Amarrada a tu ventana siempre alerta,
sin descuidar ni un instante tu mirada
mientras observa con recelo a todos lados
sin descanso noches días y madrugada
previniendo los temores del pasado.

Ella, que sufriendo callaba en mi presencia
sonriéndome al terminar mi jornada
cuantas horas meditando en su silencio
implorando que los tiempos mejoraran.

Yo al regreso, miraba fijamente sus mejillas
mientras ella intentaba con astucia simularlo
no por ello borraba de su rostro la fatiga
mientras esperaba mi regreso del trabajo

Recuerdo su imagen triste y dolorida
y a deshoras siempre esperaba despierta
siempre oteando a través de los visillos
esperando mi llegada para ponerme la mesa.

Por lo tanto en este día recordadote el pasado
te dedico este poema con pasión de enamorado
pidiéndole a mi Señor, que te mantenga a mi lado
para seguir disfrutado de tu atención y cuidados.
¡Te necesito mi amor! No puedo disimularlo.

Santander, sábado 8 de noviembre de 2008
Para ti, por tu sufrimiento valor y entereza
“El abuelo”