En mi relato sobre la
Casa del
Patio omití incluir como parte de la misma la conocida Prensa de Canor, el
molino de aceite de los Franciscanos anexo al inmueble, transformado o reformado por mi bisabuelo Nicanor, que estuvo en funcionamiento hasta principios de los años 70 (1970), en competencia con la Prensa de Don Paco en el
camino de la
Virgen y la desaparecida prensa de Don Rafael, recinto urbanizado al igual que la referida Prensa de Canor, tan participativa en la
historia de los agicultores
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