Pero la verdad es que al pueblo le tengo verdadero cariño y lo que siento es no poder ir tantas veces como quisiera. Gracias a todos por su amabilidad, porque al cabo de los años, sin conocerme ya, me trataron como si nunca hubiera faltado del pueblo y al volver, al cabo de más de cuarenta años, me sentí como si toda mi vida hubiera estado en él.
Gamero.
Gamero.